Se trata de una coproducción entre Chile, Kenia y Colombia, con la conducción del músico colombiano Cuti Aste, quien se pregunta por qué la cumbia, que no es chilena, es tan popular en Chile. A partir de esta duda comienza su viaje.
"Queríamos hacer algo comercial, que todo el mundo pudiera disfrutar, y que a la vez uniera la historia de África y América. La cumbia es un gran elemento de conexión entre ambos continentes", resaltó el director Vincenzo Cavallo.
Esta 'conexión atlántica', como se le llama, comenzó con la esclavitud pero continúa hasta hoy en un viaje de ida y vuelta. Durante la realización de la serie descubrieron que en África hay tambores iguales a los utilizados en la cumbia de Colombia.
"Luego empezamos a investigar cómo las nuevas generaciones utilizan la cumbia y cómo esta se ha vuelto un elemento de unión en Latinoamérica, a través de esa música que cada país ha interpretado y hecho propia", agregó Cavallo.
Mientras que en Colombia la cumbia es parte de la identidad folclórica del país, en Argentina refleja una realidad social contemporánea, con la distinción entre cumbia villera y cumbia cheta. En Perú este ritmo está conectado con la urbanización de las grandes ciudades y en Chile tiene un vínculo con la dictadura. El hecho de que sea un ritmo 'fácil' de tocar, contribuyó a que se expandiera por el continente.