El programa "busca visibilizar los aportes de las mujeres negras, raizales y palenqueras a la construcción de la heterogeneidad narrativa de la nación mediante redes de integración y el compartir desde los territorios", dijo a Sputnik una fuente del Ministerio de Cultura de Colombia.
La población raizal es la nativa de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en el oeste del mar Caribe, descendiente de europeos y de africanos que llegaron al lugar esclavizados.
Mientras la comunidad palenquera desciende africanos esclavizados que desde el siglo XV se rebelaron y buscaron su libertad en territorios del norte colombiano llamados palenques.
Además de "narrar" el territorio, se intentará difundir la metodología en otros territorios de presencia negra.
El objetivo, explicó la fuente, es "abarcar así 14 departamentos donde existe una mayor cantidad de población afro", de manera tal que se pueda exaltar la cultura negra del país y dejar en la historia la impronta de su folklore como parte de los compromisos de Colombia con el derecho internacional en el marco de la celebración del Decenio Afro.
"Nosotras siempre hemos narrado nuestros territorios, pero nunca antes se había hecho el ejercicio de reunir a mujeres de todo el país para que cuenten la historia de sus regiones", explicó a esta agencia Mary Grueso, matriarca en el municipio de Guapi (suroeste), vecino a Buenaventura.
"Los problemas derivados de la violencia, los desplazamientos forzados de los que hemos sido víctimas, cómo se ha deteriorado la cultura a raíz de esos desplazamientos, pero también la belleza de nuestros territorios y de su gente" serán dados a conocer por estas mujeres ante Colombia y el mundo como parte de la iniciativa cultural que será lanzada en el segundo semestre de este año.
Grueso sostuvo que "a los negros nos toca luchar mucho para mostrar nuestra cultura, porque no es común a las demás".
El programa es respaldado por el Instituto Caro y Cuervo del Ministerio de Cultura, que desarrolla investigación científica en los campos de lingüística, filología, literatura y humanidades e historia, entre otras.
El programa "busca mostrar que desde la región hasta la nación la palabra femenina siembra territorios en las páginas de la afro-memoria, es decir, que la mujer siempre había sido como objeto de evocación, pero en este caso se vuelve sujeto de enunciación", dijo, por su parte, la directora de la Cátedra Herencia Africana del Instituto Caro y Cuervo, Graciela Maglia.
El programa "Mujeres Afro narran su territorio" fue presentado en febrero en el marco de "Hay Festival en Cartagena (norte) como una iniciativa para formar a las mujeres que no tienen oportunidad de hacer estudios formales y expresar su realidad.
"Varias de las participantes tienen una formación extraordinaria, incluso con magister en literatura, pero otras más son poetas y escritoras empíricas, por lo que queremos formarlas de tal modo que puedan reflejar las realidades de sus regiones para la historia universal de las comunidades afro en Colombia, unas de las más afectadas por la violencia, la pobreza y la discriminación", subrayó Maglia.
La ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, dijo a través de un comunicado que el programa permite reconocer "la cadena de valor de la creación de la literatura", al tiempo que "visibiliza a las mujeres afro que están contando y escribiendo historias, mujeres que cumplen con una tarea que transforma vidas desde los territorios y rescata tradiciones culturales".
Gracias al programa, Buenaventura y luego otros territorios serán sede de un proceso de formación en pedagogía de edición comunitaria para fortalecer las capacidades de las participantes, quienes serán las encargadas de recrear y multiplicar la metodología en sus regiones y en otras.
"Queremos difundir no solo las cosas malas, sino también las buenas y las regulares, para mostrar nuestros territorios de manera general y que Colombia y el mundo conozcan que nosotros no somos solamente color de piel, sino también folklore, cultura y expresión viva", señaló Grueso ante Sputnik.
Un informe publicado a mediados de 2018 por 500 organizaciones sociales, entre ellas la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA), "la implementación (de la paz) no ha permitido que se mitigue en gran proporción la violencia en los territorios étnicamente diferenciados".
El 25% de los líderes sociales afectados por la violencia entre 2013 y 2017 pertenecían a comunidades étnicas, de las cuales 61 eran indígenas y 20 afrocolombianas, según ese informe.
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En esos cinco años se perpetraron 276 asesinatos y 174 atentados contra defensores de derechos humanos en Colombia.