La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), el partido gobernante en Grecia, perdió casi nueve puntos porcentuales frente al principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia. Tsipras, en su discurso televisado, reconoció su derrota en las elecciones.
Explicó que quiere que el pueblo griego "tome la decisión final si quiere que continuemos con nuestro plan o si quiere que volvamos a la penumbra de la austeridad, el Fondo Monetario Internacional", y agregó que era su deber moral pedir un mandato de confianza al pueblo.
"Pedimos la confianza de la población (...) presentamos nuestro plan para el día de mañana al juicio del pueblo griego. Medidas de asistencia, el proceso de reconstrucción social y del país, para que nadie pueda refutarlos", dijo.
El primer ministro aclaró que les quedan dos caminos: "la salida final de los memorandos con los acreedores o el camino de regreso a la austeridad, a la crisis, a los oligarcas y al Fondo Monetario Internacional".
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Según Tsipras, aunque los resultados de las elecciones no cumplen con las expectativas de él y de su partido, los reconoce.
