En la decisión, que adelantó el diario O Globo, el juez considera que el hombre sufre un "trastorno delirante persistente", según los pareceres médicos tanto de los defensores del agresor como de los peritos que escogieron los abogados de Bolsonaro, y por lo tanto sería "inimputable".
De esta forma, si acaba siendo condenado en el proceso cumplirá condena en un manicomio judicial, y no es una prisión tradicional.
Hasta que se realice el juicio, Bispo de Oliveira permanecerá en la cárcel federal de Campo Grande (estado de Mato Grosso do Sul, suroeste de Brasil), donde fue trasladado poco después de atentar contra Bolsonaro.
La Policía Federal también realizó una investigación, que concluyó que el agresor actuó solo en el momento del ataque, aunque sigue en marcha otra investigación para averiguar posibles conexiones con personas que podrían haberle ayudado a planear el crimen.
Bolsonaro fue apuñalado a principios de septiembre de 2018 en la ciudad de Juiz de Fora (Minas Gerais, sureste de Brasil), cuando estaba rodeado de una multitud durante un acto de campaña.
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El entonces candidato ultraderechista recibió el impacto en el abdomen y fue atendido de urgencia en un hospital de la ciudad y después en otro, en São Paulo, donde permaneció ingresado buena parte de la campaña electoral.