La entrevista fue dedicada a temas europeos. Y como ya sabemos los problemas principales de la Unión Europea no son sus problemas internos. Según el ministro, uno de los problemas principales de Bruselas actualmente es Rusia.
El señor Borrell se refirió a Moscú como a "nuestro viejo enemigo" y "una amenaza".
Más aún, España siempre ha estado entre las potencias europeas que abogaban por suavizar las sanciones económicas antirrusas.
Y no parece extraño, porque la economía española ha perdido miles de millones de euros a causa de estas sanciones y las contra sanciones rusas.
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Cuando a la sazón ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo vino a Rusia hace unos años incluso llegó a sugerir un plan que podría solucionar desde el punto de vista de la UE la situación en torno a Crimea.
Desde esta perspectiva las declaraciones de Borrell, aunque pronunciadas en una entrevista, llegaron como un jarro de agua fría. El Ministerio de Exteriores ruso citó al embajador español en Moscú, Fernando Valderrama, para trasladarle el malestar en relación con esas "declaraciones inamistosas".
"Rusia convoca al embajador español por declaraciones "inamistosas" del canciller", titula a una de sus crónicas RT.
Hay muchas cosas sorprendentes en las declaraciones del señor Borrell. La palabra "enemigo" no es una palabra que debería soltar con frecuencia un diplomático tan experimentado como es el actual ministro de Relaciones Exteriores de España. Incluso cuando habla de un "viejo enemigo".

Y en esta mitología términos como "amenaza rusa" ya se han convertido en lugares comunes que los medios reproducen sin pensárselo dos veces.
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Sin embargo, parece sorprendente que al periodista que le entrevistó al señor Borrell no se ocurriese preguntarle a qué se refería precisamente cuando describió Rusia como "viejo enemigo" y en qué precisamente consistía esa "amenaza rusa" para la Unión Europea.
Evidentemente a ambos les pareció muy natural lo que dijo el ministro, lo cual realmente es muy sintomático.
"Exteriores cree que Rusia "ha sobrerreacionado" al citar al embajador español por unas declaraciones de Borrell", titula el diario español EL MUNDO.
En opinión del MAE ruso, las palabras expresadas por Borrell "son contradictorias y perjudican las relaciones entre Rusia y España". No solo al MAE ruso.
El historiador Sergio Fernández Riquelme cree que la actual situación entre España y Rusia "es un reflejo de la crisis de la UE".
Las declaraciones del ministro de Exteriores español desde la óptica europea precisamente demuestran que la Unión Europea está atravesando una profunda crisis de identidad. Las relaciones con Rusia es la mejor prueba de ello.
El propio Borrell lo reconoce indirectamente en su entrevista al Periodico de Cataluña al declarar que "han cambiado muchas cosas".
"Nuestro aliado nos da la espalda", dice Borrell, mencionando la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos y también el Brexit.
Las recientes elecciones al Parlamento Europeo también confirman la tesis del ministro de Exteriores español de que las cosas van cambiando para Bruselas. "El vuelo transcurre con normalidad", titula el diario Izvestia.
"La percepción es más importante que la realidad", es una frase clave para entender lo que realmente está pasando en la Unión Europea. Y no solo en lo que se refiere a las relaciones con Moscú.
La pregunta es si realmente se puede hablar de una óptica comunitaria a la que se refiere el MAE español dadas las diferencias en las posturas de países de la UE sobre relaciones con Rusia. Porque la verdad pura y dura es que muchos países de Europa tienen suficientes razones para referirse a Rusia como a un "viejo amigo" y un socio natural y estratégico.
Y esa crisis de identidad, agravada por el Brexit y por las nuevas relaciones con Washington, es una excusa perfecta para la Unión Europea, así como para los países miembros, para preguntarse si realmente les favorece ver a Rusia como "viejo enemigo" e inflar cada vez más la presunta amenaza rusa que no se sabe en qué consiste.