El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, expresó esta semana su asombro ante una publicación en Twitter de Donald Trump, en la que el presidente estadounidense aseguró haber recibido confirmación de parte de Moscú del retiro de la mayor parte de expertos militares rusos de Venezuela.
La única explicación que se le ocurrió al ministro ruso fue que Trump pudo haber leído un artículo que The Wall Street Journal publicó el pasado 3 de junio sobre la supuesta disminución del personal. Un reportaje de RT lo explica en detalle.
Toda esta historia a primera vista tiene varios elementos que parecen increíbles. Y no solo para un experto. La información en los medios internacionales de que Rusia informó formalmente a Estados Unidos de esa supuesta retirada hace preguntar: ¿para qué Moscú necesitaría informar a Washington de semejantes decisiones?
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Este detalle efectivamente es muy sintomático. Hace unos meses el presidente Trump se expresó en el sentido de que "Rusia tiene que salir" de Venezuela. A esto le dio una respuesta brillante la portavoz del Ministerio de Exteriores María Zajarova, al recordar a Washington que no estamos viviendo en tiempos de imperio romano cuando Roma dictaba a sus procónsules lo que debían y no debían hacer.
Lo mejor es buscar la explicación a toda esta historia en los medios internacionales. Si efectivamente analizamos cómo presentaron "la retirada" rusa de Venezuela tendremos respuestas a muchas preguntas.
"Rusia anuncia a Trump que ha retirado su personal militar de Venezuela. Washington interpreta el gesto como un compromiso para negociar finalmente un cambio pacífico y consensuado en el gobierno del país sudamericano", titula esta semana el diario español ABC.
Tan solo con este titular y el subtítulo queda claro el verdadero propósito de la fabricación de esta noticia falsa: influir en la opinión pública y animar a la oposición venezolana.
Y todas estas interpretaciones que podrían tener consecuencias muy negativas para Venezuela están basadas en una mentira, porque en la realidad Rusia no ha hecho nada, ni ha informado de nada a Estados Unidos. Ni mucho menos.
Como hemos dicho ya el objetivo principal de toda esta historia es demostrar a la opinión pública en Estados Unidos que Washington está ganando en Venezuela.
Pero para el presidente ruso, Vladímir Putin, existe también otro objetivo no menos importante: convencer a sus aliados que apoyen una intervención militar en Venezuela.
"Putin advierte sobre la "interferencia" de EE.UU. en Venezuela", titula la edición en español de la CNN.
En toda esta historia las interpretaciones son la clave. Como lo son en el otro tema que se ha convertido esta semana en una manzana de la discordia entre Rusia y Occidente: la celebración del 75 aniversario del desembarco aliado en las playas de Normandía, ceremonia a la que el presidente Vladímir Putin no ha sido invitado.
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"Rusia critica que se «exagere» el Desembarco de Normandía para "infravalorar" a la Unión Soviética. La portavoz de la diplomacia rusa ha afirmado que se está realizando una «reescritura catastrófica de la Historia", titula esta semana el diario español ABC.
En este fragmento las interpretaciones y los comentarios también son la clave. Incluso puede ser que son más importantes que la propia noticia.
El autor dice que "se enseña en las escuelas rusas que fue el Ejército Rojo el que logró la victoria sobre los nazis" y que "Moscú considera que el peso de la contienda recayó en primer lugar sobre los soviéticos".
Para un lector, eso significa que no se trata de unos datos históricos, sino de una de las versiones de la Segunda Guerra Mundial que defiende Rusia para destacar su papel. Desde esta perspectiva las palabras de María Zajárova de que Occidente está «exagerando» su papel en la Segunda Guerra Mundial en detrimento de la Unión Soviética son totalmente acertadas.
Pero también hay otros candidatos al premio. Por ejemplo, un artículo publicado en el ABC está escrito de manera que pone en duda el hecho de que los nazis fueron vencidos por el Ejército Rojo. Presenta este dato histórico como una interpretación de Moscú.
También hay otro artículo interpretativo publicado por el diario español EL PAÍS que sostiene que el nuevo presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, es "un peligro para la propaganda del Kremlin porque desbarata los esquemas de Vladímir Putin".
En opinión de EL PAÍS también lo es porque "no encaja en los despreciativos estereotipos acuñados por el Kremlin y sus allegados para legitimar sus ataques a Kiev".
Me temo que con Zelenski nuestros colegas están cayendo en la misma trampa que con los nuevos líderes de "nueva Ucrania" en 2014, cuando se produjo el golpe de Estado en esta exrepública soviética.
Demasiadas esperanzas que llevaron a ninguna parte…
Según el embajador de Rusia en España, Yuri Korchagin, a menudo "en los periódicos puedes encontrar acusaciones, invenciones o fantasías".
"Una mezcla inimaginable de cosas internas españolas, izquierdas españolas, injerencias en Europa, medios rusos y otras afirmaciones que, al final, deben crear la idea en el lector de que 'Rusia es culpable'".
Hemos ofrecido bastantes pruebas que confirman las declaraciones del embajador ruso en España, Yuri Korchagin. Efectivamente hemos escuchado cosas que a primera vista parecen increíbles. También es cierto que cada cosa tiene su explicación, como en el caso de la noticia falsa sobre la retirada de los militares Venezuela.
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Lo que para mí no tiene explicación es porqué los medios y algunos de nuestros colegas cooperan en semejantes fabricaciones. ¿Realmente quieren decir lo que están diciendo? ¿De verdad se lo creen?