"Ahora están llegando unas 200 a 300 personas cada día a Mexicali, cantidades que antes no teníamos, llegan en grupos y se quedan varios días, pero la mayoría salta la barda o se van a Tijuana", dijo a esta agencia Santiago Raygoza Cruz, presidente de la Federación de Asociaciones Civiles de Baja California.
Entre las acciones está el despliegue de 6.000 efectivos de la nueva Guardia Nacional en la frontera sur para controlar y ordenar la entrada de centroamericanos.
En Mexicali, de un millón de habitantes, no todos los migrantes se quedan en albergues, que atienden a más de 1.000 indocumentados, detalla el responsable de Hijo Pródigo, uno de los alojamientos, fundado en 2005, donde se refugian unas 200 personas.
Raygoza comentó que "ahora dicen los gobiernos que están deteniendo la llegada del éxodo, pero todavía llega mucha gente, no sabemos si esto va a parar algún día".
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La crisis estalló entre diciembre y enero pasados, en el invierno boreal, pero ahora el clima cambió y la llegada de la canícula es un nuevo problema.
"Antes no llegaban tantos niños y tenemos a muchos menores de edad incluso en brazos, muchos niños hondureños, aparte del flujo normal de mexicanos", agregó.
Raygoza dice que un brote de varicela ha infectado a unos 150 menores de edad, lo que agrava la precariedad de la atención.
"Estamos en una crisis porque no nos han suministrado recursos gubernamentales para atender a migrantes desde las elecciones del año pasado", en julio 2018, contó el fundador de esos centros.
Algunas personas llegan con permisos que autoridades migratorias afirman haber entregado a 250.000 visas de trabajo, pero restringidas al sureste del país.
"No todos portan los permisos, podríamos decir que es una proporción de mitad y mitad", explicó Raygoza.
Desde 2005 a 2018 el albergue, que atiende a la quinta parte de los migrantes de Mexicali, recibía unos 25.000 dólares de ayuda gubernamental, pero la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador eliminó los subsidios.
Solo cuentan con recursos que aporta la comunidad, mientras que en Hijo Pródigo "fabricamos muebles artesanales y con eso resolvemos las carencias".
El resultado es que, en plena emergencia, Casa Migrante cerró hace dos meses, y Hotel Migrante, que llegó a atender hasta un millar de migrantes, redujo su capacidad a solo 20%.
Fronteras en la incertidumbre
Vicente Sánchez, profesor investigador de Colegio de la Frontera Norte, dijo desde Tijuana a Sputnik que la negociación de México y EEUU "genera mucha incertidumbre al mezclar los temas de migración con las amenazas al comercio, que carecen de relación directa".
El desafío de López Obrador es "crear en corto plazo un programa para coordinar a gobiernos locales, que reincorpore recursos recortados a organizaciones civiles por los planes de austeridad", indica el académico.
El experto en las consecuencias de la debilidad institucional fronteriza señala que esas organizaciones ciudadanas "han llevado la carga desde hace muchos años y tienen mucha experiencia de dedicarse de manera profesional a la migración".
El presidente "debe dejar atrás su desconfianza sobre las organizaciones civiles", recomendó el autor de una investigación binacional sobre "Perspectiva local para enfrentar la escasez de agua en la región del Río Colorado".
Oficialmente, México estima que el número de personas devueltas por las autoridades migratorias de EEUU podría quintuplicarse de 10.000 actuales a 50.000 en los próximos meses.
Alejandro Encinas, responsable federal de Derechos Humanos y Migración, dijo que las autoridades mexicanas esperan que el récord de solicitudes de refugio se duplique a 80.000.
Ante esa avalancha humana "los alcaldes de las ciudades de la frontera ignoran su papel y qué recursos recibirán para atender esta marejada de retornados".
Los puntos de retorno acordados pueden ser ciudades acostumbradas a la recepción de migrantes, como Tijuana, Juárez o Reynosa, pero ya sufren una enorme presión.
Aunque esos procedimientos se pueden negociar políticamente, "el acuerdo no es explícito en las metas migratorias porque no hay un métrica clara para medir el éxito o fracaso del acuerdo bilateral", advirtió Sánchez.
Pero la titular federal de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo el miércoles que esa cifra "en abril pasado aumentó a 100.000, y en mayo rebasó los 144.000, por eso queremos tomar medidas emergentes", como el despliegue de 6.000 guardianas nacionales.
La danza de cifras entre ambos gobiernos es contradictoria y "dan espacio de especulación", zanjó el académico.
"Lo cierto es que los centros de detención en el lado estadounidense ya están desbordados, el problema es mucho mayor de lo que se sabe y está creciendo", puntualizó el autor.
Las nuevas autoridades migratorias mexicanas informaron en Washington que, en seis meses, deportaron a más de 80.000 indocumentados, y el jueves 105 hondureños fueron retornados vía aérea, sin detallar la forma ni lugares de detención.