Para el líder mandatario, la decisión es "totalmente equivocada" y la justicia está entrando en el terreno del Poder Legislativo, según dijo a un grupo de periodistas en un encuentro informal en el Palacio del Planalto de Brasilia (sede del Gobierno), según recoge el diario Folha de Sao Paulo.
El presidente también reiteró la idea de que debería haber al menos un juez en el Supremo que sea evangélico, especialmente después del resultado sobre la votación de la homofobia.
El Supremo tomó la decisión con ocho votos a favor y tres en contra, aceptando un recurso de asociaciones del colectivo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) que pedían su actuación frente a la omisión del Congreso Nacional para proteger a esta minoría, ya que en Brasil no hay ninguna ley que les ampare.
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Los jueces decidieron que mientras el Congreso Nacional no apruebe un proyecto de ley sobre el asunto deberá aplicarse la Ley del Racismo, que contempla multas y penas de uno a tres años de prisión.