"Yo no vivo en la ciudad, vivo en el campo. Tengo pavos reales, se arman todos, hasta tengo pavas y dos pavos chiquitos que también se arman. Veo ovejas, veo caballos, tengo vacas, hasta una vaca lechera", dice una niña con túnica blanca y moña azul (típica de la escuela pública uruguaya) a una cámara que la filma en Rocha, Uruguay.
Ella es parte del proyecto que surgió en 2014 por la iniciativa de una maestra ambiciosa e inconformista que quiso continuar con un trabajo que había comenzado en el aula: una investigación sobre la fauna autóctona de la zona, específicamente sobre una especie autóctona que se encuentra en peligro de extinción, el venado de campo.
A partir de la indagación del estado de situación, surgió un sinfín de actividades que +desde 2014 integran a alumnos, familias y otros actores de la comunidad en un colectivo de unas 400 personas, que desde 2015 funciona fuera de la educación formal, con el objetivo de sensibilizar y promover acciones para la valoración y conservación de la biodiversidad local.
"Hay un animal misterioso en mi campo, solo se ve su huella y su 'caquita'. Mis padres dicen que es un venado de campo", dice la niña en el vídeo, disponible en YouTube. Esa fue la incógnita que desató el proyecto 'Tras las huellas del venado', impulsado por María Alicia Martínez, que desde entonces reúne a decenas de niños quincenalmente en el centro cultural María Élida Marquizo, de la Intendencia de Rocha.
Entre el 20 y 27 de julio Martínez estará en un curso intensivo de liderazgo y desarrollo organizacional en St George's House, en el Castillo de Windsor, Inglaterra.
Martínez y 27 personas más fueron seleccionadas por Goodall de entre postulantes de 150 países, y su presencia en fue declarada de interés por el ministerio de Educación y Cultura y el de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay.
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El proyecto que coordina Martínez obtuvo la membresía del Instituto Jane Goodall, convirtiéndose desde 2018 en el primer y único grupo Roots & Shoots en Uruguay. Ese no ha sido el único reconocimiento que han logrado; desde sus inicios Tras las huellas del venado forma parte del programa ConCiencia Activa que desarrolla Fundación Temaikèn (Argentina), en un proceso educativo colaborativo, de intercambio y difusión de saberes.
Pero antes del reconocimiento internacional, hubo un trabajo sostenido de cuatro años. La historia comenzó por el interés de los niños y niñas que cursaban el Primer año de la Escuela Nº1 de Rocha, Dr. José Pedro Ramírez, un día de 2014 en el que estaban planificando una visita a un centro de educación rural cercano.
"Empezamos a pensar con qué animales nos íbamos a encontrar en el camino, los niños mencionaron al caballo, la vaca, el perro, cerdo, oveja, por ahí dijeron la jirafa y el elefante, pero ninguno nombraba animales autóctonos. Yo empecé a tratar de indagar qué otros animales conocían, y solo una niña que vivía en el campo y viajaba a la ciudad para asistir a la clase dijo que en su campo había un animal misterioso", contó Martínez a Sputnik.
La alumna a la que hace referencia la maestra es la que explica qué ve en su casa en el vídeo.
Se generó en los niños esa necesidad de investigar a ese animal misterioso, si era un venado de campo, qué características tenía, y ahí comenzó la búsqueda y exploración. Investigando aprendieron que el animal que la niña veía en su casa no era un venado de campo, sino un guazubirá, ambos animales propios de esas tierras.
Ante el descubrimiento, los niños se preguntaron por qué el venado de campo y otros animales autóctonos no se ven en los campos rochenses.
En esa búsqueda aprendieron que desde 1985 el venado de campo es considerado "monumento natural", que actualmente en Uruguay se conocen sólo dos poblaciones, una de aproximadamente 1.000 individuos en Arerunguá, Salto, y otra menor, de unos 300, en Los Ajos, en Rocha; y que están en peligro de extinción.
También aprendieron que el venado de campo es un cérvido de tamaño mediano, tiene unos 70 centímetro de altura, 1,30 de longitud total y que pesa entre 30 y 40 kilogramos. Su pelaje es corto y liso, su color varía de un bayo claro a castaño rojizo o castaño oscuro, con partes inferiores y alrededor de los ojos, tienen blanco.
A partir de 2016, por iniciativa de los propios participantes, se amplía y profundiza la agenda de temas ambientales abordados incluyendo estudio de ecosistemas, protección del clima, océanos y lagunas.
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En el año 2017 se comienza a indagar en el pasado de nuestra región y en la vinculación que hombre y naturaleza han mantenido a través del tiempo, surge así el programa “Encuentros con el pasado y la naturaleza” una propuesta interdisciplinar de intercambio educativo y cultural con San Ignacio de Misiones y Puerto Iguazú (Argentina), Itaipú Binacional (Brasil y Paraguay) y Centro de Educación Ambiental Bosque Santiago (Chile).
A pesar de que el proyecto fue reconocido por organizaciones internacionales y fue explícitamente declarado de interés Departamental, Ambiental y Cultural por la Junta Departamental de Rocha y el reconocimiento internacional, Tras las huellas del venado sigue en pie sólo gracias a la voluntad de Martínez y los familiares de los niños, niñas y adolescentes que integran el grupo.