"El presidente Donald Trump dijo el viernes [21 de junio] que no quiere una guerra con Irán, pero si esta se produce, habrá destrucciones nunca antes vistas", señala el avance de una entrevista de Trump con la cadena NBC.
El 20 de junio las fuerzas de Irán derribaron un dron espía estadounidense que había incursionado en el espacio aéreo del país, cerca del estrecho de Ormuz.
El Mando Central de Estados Unidos (Centcom) si bien al principio negó que sus drones operaran en esa zona, horas después admitió el derribo de vehículo no tripulado RQ-4A Global Hawk afirmando que los hechos se produjeron en aguas internacionales.
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El Gobierno de Irán presentó una protesta ante la ONU por la violación de su espacio aéreo por parte de Estados Unidos.
Las tensiones entre Washington y Teherán siguen en aumento desde mayo de 2018, tras la retirada unilateral de EEUU del Plan de Acción Integral Conjunto y la imposición de varias baterías de sanciones contra Irán.
Durante las últimas semanas, EEUU anunció el envío de importantes refuerzos militares a Oriente Medio, incluido un portaviones, un destructor de misiles guiados, aviones espías, bombarderos B-52, aviones de combate F-15 y misiles Patriot.
Estados Unidos incrementó su presencia militar en la zona con el argumento de que busca contener a Irán y sus aliados, a los que acusa sin pruebas de realizar supuestos actos de sabotaje contra buques petroleros.
En concreto, Washington imputó a los iraníes los ataques del 12 de mayo cerca del puerto emiratí de Fujairah y los del 13 de junio en el golfo de Omán.