Se trata de una máquina que combina las ventajas de un helicóptero —el despegue vertical— y un avión turbohélice: velocidad, autonomía y economía. Durante el despegue, las hélices giran horizontalmente para luego pasar al modo vertical.
La aeronave está equipada con una aviónica avanzada para trabajar en altitudes ultrabajas en condiciones de baja visibilidad y mal tiempo. El Osprey también está equipado con un sistema de reabastecimiento en el aire. La cabina de carga del CV-22 tiene capacidad para 24 paracaidistas.
Mientras tanto, la empresa Boeing ha abierto una nueva instalación en las afueras de Filadelfia para construir fuselajes para el V-22 Osprey y modernizar la flota de los MV-22 de los Marines estadounidenses.
La compañía ha invertido 115 millones de dólares en las nuevas instalaciones para mejorar la seguridad y la productividad, así como para reducir los costes operativos.