La fecha recuerda la Batalla de Boyacá, que coronó el éxito de la Campaña Libertadora de Simón Bolívar y selló la independencia de Nueva Granada, el nombre del Virreinato que los españoles habían establecido en 1717. Bajo esa denominación se incluyeron territorios de lo que hoy conocemos como Ecuador y Venezuela, y posteriormente también Panamá.
Por eso, cuando en las inmediaciones de la localidad de Tunja el ya desvencijado imperio español fue derrotado, se sentaron las bases para la creación de la Gran Colombia, que se proclamó el 17 de diciembre de ese año en el Congreso de Angostura.
"El imperio español, especialmente en la era de los Habsburgo, estaba construido por una federación de ciudades. No había naciones que fueron difíciles de construir. Por eso la Gran Colombia se dividió rápidamente en tres: Ecuador, Venezuela y Colombia", apuntó Martínez al ubicar en 1831 el final de ese país de países y el surgimiento de tres estados por separado.
Todavía faltaban varias décadas para que Panamá siguiera el mismo camino. "Después se independiza, pero ya en el siglo XIX, principios del XX, por el interés del canal y de Norteamérica en hacerlo", destacó el experto.
"No conocemos nuestra historia. No hay un relato nuevo", cuestionó el experto. "Estamos repitiendo el de hace 200 años, que tenía su interés. Porque digamos que se lo inventaron hace 100 años cuando después de perder Panamá y acabar con la más grande guerra en la historia de Colombia, la de los Mil Días la gente quería la paz y empezó a crear como esa imagen de los héroes".
La guerra de referencia enfrentó a liberales y conservadores entre 1899 y 1902, las dos corrientes políticas que se repartieron el poder a lo largo de todo el siglo XX en el país cafetero.
"Hay aquí unos héroes liberales y unos héroes conservadores; unos le hacen estatuas a unos y quitan las de otros. Entonces, mientras no sean héroes nacionales de todos, siempre serán héroes insuficientes, por eso tendrá que reescribirse la historia", indicó Martínez.
Puso como ejemplo de situaciones forzadas históricamente incluso desde el mismo momento que ocurrieron el de Antonio Ricaurte. "En la historia popular aparece como el hombre que voló un polvorín para evitar que los españoles lo tomaran y murió [en 1814], como dice nuestro himno nacional, 'en átomos volando'", explicó el historiador.
Ricaurte es a su vez el patrono de la aviación porque "fue el primero que voló", pero según Martínez, "Bolívar inventó esa historia, que fue en la batalla de San Mateo (...) lo vio muerto de un lanzazo en la colina pero inventó lo del polvorín para subirle la moral a la patria".
"Si miramos para atrás es para poder entender lo que está pasando hoy. La historia no se mira por curiosidad: es para coger impulso y transformar el futuro", dijo: y comentó que al igual que en otros países hay corrientes que tienden a eliminar o simplificar el estudio de disciplinas como Historia o Filosofía en escuelas y colegios de enseñanza media.
"Ahora en Colombia se va a recuperar la Historia nuevamente, pero se les dio por dictar una asignatura de Ciencias Sociales que es todo y es nada, termina dependiendo del profesor, que si le gusta la Geografía habla de eso y si le gusta la Antropología pues habla de ésta, pero la Historia se abandonó", explicó el entrevistado.
Esta sumatoria de factores ha determinado, según Martínez, un enorme "desconocimiento de la gente joven. Vivimos en un instante perpetuo y no nos interesa mucho el pasado. Y la historia la verdad que no tiene ningún interés práctico en las autoridades, salvo en estos días para legitimarse ellos mismos".
