En una entrevista con Sputnik, Bartlett enfatizó que Vishinski es claramente un "preso político", puesto que "no hay motivo alguno, excepto los políticos, para retenerlo en la cárcel".
"Si los medios occidentales se hicieran eco de su caso, se podría influir de alguna manera en las autoridades de Ucrania y sería puesto en libertad", aseveró.
Asimismo, la periodista canadiense, conocida por sus publicaciones sobre Siria y Palestina, anunció en que prevé viajar a Donbás, región oriental ucraniana sumida desde hace cinco años en un conflicto armado entre milicias locales y fuerzas de seguridad de Kiev.
La periodista confesó que, al estar centrada en Siria en los últimos cinco o seis años, no ha seguido muy de cerca la realidad de Donbás, aunque sí conoce en términos generales los sucesos de esta parte y el resto de Ucrania.
"Me gustaría hablar con la gente, con los afectados por ataques de las fuerzas de seguridad ucranianas, [conocer] cuáles son sus opiniones políticas, qué es lo que les está pasando en general, cómo están viviendo", explicó.
También indicó que quisiera hablar con periodistas, tanto ucranianos como extranjeros, que cubren el conflicto de Donbás, para "informar después de su labor, sus vivencias, de lo que han visto y de lo que han sido testigos, en particular de posibles crímenes de las fuerzas ucranianas que hayan podido documentar".
El director del portal RIA Novosti Ukraina Kiril Vishinski fue detenido en mayo de 2018 y acusado de alta traición y apoyo a las milicias de Donbás, lo que podría acarrearle hasta 15 años de cárcel en Ucrania.
Moscú ha condenado su detención e instado al Gobierno ucraniano a cesar las arbitrariedades.
Situación en Idlib
Bartlett aseguró que la ONU no encontrará fuentes de información imparciales en la provincia siria de Idlib para investigar los ataques aéreos, motivo por el que esa labor resultará parcial desde el principio.
Para Bartlett, por esa razón, "desde el principio se tratará de una investigación defectuosa", porque los investigadores de la ONU serán incapaces de encontrar ellos mismos "una información objetiva y neutral".
"¿Cómo podrían encontrar fuentes neutras?", reclama, agregando que los llamados de Moscú a investigar los ataques aéreos en otras zonas, sobre todo los realizados por la coalición internacional que encabeza EEUU, también deben ser estudiados por Naciones Unidas.
La periodista aseguró que "los culpables de la matanza de civiles deben ser castigados, pero eso nunca se realizará".
Además, la periodista aseguró que la estabilización en la provincia siria de Idlib será poco probable mientras EEUU y sus aliados sigan interesados en que reine el caos en la región.
La situación en Idlib es últimamente uno de los puntos clave de la normalización en Siria.
"La solución consistiría en que los grupos terroristas acepten firmar un acuerdo que garantice su retirada de Idlib y permita vivir en paz a la República Árabe Siria, en otro caso se trataría de una solución militar", señaló Bartlett.
Al mismo tiempo indicó que para la normalización importa mucho la posición mantenida por los medios de comunicación.
Refirió que ella viajó a Idlib y habló con la población local, dijo que si representantes de los medios occidentales hiciesen lo propio "escucharían unas historias horribles, de que en realidad a la población local la tienen en calidad de rehén".
Reiteró que sería ideal que se tome una decisión política sobre la retirada de los terroristas pero al mismo tiempo afirmó que "EEUU y sus aliados no lo quieren, prefieren que allí reine un caos".
"No veo cómo el problema podría solucionarse en un futuro previsible", señaló.
De estar mejor informada la opinión pública sobre lo que sucede en Idlib, podría ejercer presión sobre los líderes políticos, afirmó y dijo que para cubrir honestamente los acontecimientos, "los medios deben cooperar con aquellos que intentan lograr una solución política, que son los Gobiernos de Siria y Rusia".
El 1 de agosto la agencia SANA informó, citando a una fuente militar, que Damasco aceptó un alto el fuego en la provincia de Idlib, en el norte de Siria, a condición de que se cumpla el acuerdo ruso-turco logrado en Sochi en septiembre de 2018, incluida la retirada de combatientes a 20 kilómetros de la zona, así como la retirada de armas.