Horas antes, el Comité norcoreano para la Reunificación Pacífica de la Patria, emitió una declaración en la que calificó a Moon de "tipo insolente" por su discurso del 15 de agosto, en el que reafirmaba su compromiso con el diálogo con el Norte e instaba a Pyongyang a continuar los contactos con Washington.
"Queremos dejar claro que tales declaraciones no solo son incompatibles con el espíritu de los acuerdos entre los líderes del Norte y del Sur —las Declaraciones Conjuntas de Panmunjom y Pyongyang— sino que tampoco contribuyen al desarrollo de las relaciones entre los coreanos", dijo en respuesta el portavoz adjunto del Ministerio de Unificación de la República de Corea, Kim Eun-han.
Agregó que a este respecto, "el Gobierno mantiene sistemáticamente su posición de seguir aplicando plenamente la Declaración de Panmunjom y la Declaración Conjunta del 19 de septiembre" de 2018.
"Insistimos en que Corea del Norte responda de manera activa y positiva a nuestros esfuerzos por llevar la paz a la península coreana", añadió el funcionario.
En su discurso, el presidente de Corea del Sur señaló, entre otras cosas, que "a pesar de que en el pasado Corea del Norte ha realizado algunas acciones preocupantes, se ha mantenido el impulso al diálogo", que "es un resultado significativo del proceso de paz del Gobierno de Corea del Sur en la península de Corea".
Pyongyang respondió que no tenía la intención de volver a sentarse en la mesa de negociaciones con el Gobierno de Corea del Sur.
Corea del Sur niega que su armamento sea peor que el de Corea del Norte 👇https://t.co/KwfaYYjEqk
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 12, 2019
Previamente, Corea del Norte ya pidió a Seúl que no interfiriera en el proceso de negociaciones entre los líderes de Corea del Norte y Estados Unidos.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y su homólogo del Norte, Kim Jong-un, celebraron tres reuniones en 2018, la última vez en Pyongyang, en septiembre pasado.
Moon también estuvo presente en el encuentro simbólico que el presidente de EEUU, Donald Trump, mantuvo con Kim Jong-un en la Zona desmilitarizada de Corea, el 30 de junio de 2019.
Sin embargo, el proceso de distensión en la península de Corea se atascó en los últimos meses.
Pyongyang reanudó en mayo pasado las pruebas armamentísticas, tras una pausa de 17 meses, y llevó a cabo seis lanzamientos de proyectiles desde el 25 de julio.
El dirigente norcoreano, Kim Jong-un, calificó esas pruebas de "advertencia pertinente" frente a un nuevo ejercicio militar conjunto de Corea del Sur y EEUU.