"Desde Rusia, en cuatro o cinco días llegará un avión Ilyushin IL 76 que levanta 50.000 litros, será prestado, solo vamos a pagar los costos operativos", dijo Morales en Concepción, uno de los pueblos próximos a los incendios.
En su declaración transmitida por los medios estatales, el mandatario dijo que por ahora no se avizora el fin de la vasta movilización de personal y equipos terrestres y aéreos iniciada hace dos semanas para apagar los incendios que han devorado ya unas 800.000 hectáreas en el Bosque Seco Chiquitano, un ecosistema de transición entre el Amazonas y el Chaco.
Morales indicó que el Ilyushin IL 76, el segundo avión apaga-incendios más grande del mundo, se sumará al mayor de su tipo, el Boeing 747 Supertanker con capacidad de 75.000 litros, contratado por el Gobierno y que participa en la operación desde hace una semana.
Además de estos aviones, los más de 4.000 militares, bomberos, policías, voluntarios y técnicos que operan en tierra tiene el apoyo de una docena de helicópteros, incluidos dos enviados por Perú y tres proporcionados por Francia, varios aviones y unos 300 vehículos, contando 45 carros cisterna.
Morales, quien insistió en que un decreto de emergencia vigente desde febrero hace innecesaria una declaración de desastre que piden los opositores, agradeció la cooperación internacional, que incluye además donaciones de más de dos millones de dólares y al menos 300 personas entre bomberos y expertos.
Los incendios en el Bosque Chiquitano, los más grandes en la década aunque no los más graves que se recuerden en Bolivia, se han convertido en tema de debate en la campaña proselitista hacia las elecciones generales del 20 de octubre, en las que Morales buscará un cuarto mandato consecutivo.