"La instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador es no permitirlo por ningún motivo, cueste lo que cueste", dijo el canciller Marcelo Ebrard en una reunión con legisladores de la coalición gobernante, en vísperas de que el 1 de septiembre comience el nuevo periodo de sesiones del Congreso.
La política exterior mexicana también se articulará alrededor de la batalla "contra el terrorismo, el supremacismo blanco, el racismo, crímenes de odio y la xenofobia", anunció el secretario de Relaciones Exteriores.
"Es inaceptable, es injusto, va en contra de la política exterior se lo he dicho", a Pompeo, dijo el canciller ante legisladores de la bancada oficialista.
Los tres partidos de la coalición gobernante son: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo, ambos de izquierdas, y el evangélico Partido Encuentro Social, de derecha.
Esa fue una de las peticiones de la Casa Blanca en las negociaciones de un acuerdo migratorio alcanzado el 7 de junio pasado, en las cuales Trump amenazó con imponer aranceles a todos los productos mexicanos importados por ese país.
La semana pasada, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, respondió a una consulta escrita de Ebrard que, para convertir a México en un "tercer país seguro", se requiere la aprobación de la Cámara de Senadores, que no sería otorgada.
Todos los grupos parlamentarios de los partidos representados en el Congreso "han manifestado su rotundo rechazo a que México se convierta en tercer país seguro", dijo el 23 de agosto el senador del partido gobernante.
Monreal respondió así a una carta enviada por el canciller el 20 de agosto, en la que solicitó conocer "cuál es la posición actual de las fuerzas políticas representadas en el Senado".
El legislador informó en un comunicado que "le hemos dicho al canciller que ni se les ocurra firmar como tercer país seguro, porque el Senado no lo va a ratificar".
Ebrard y Pompeo encabezarán el 10 de septiembre la evaluación del acuerdo migratorio que contempla el despliegue en la frontera sur de México de 3.000 efectivos de la Guardia Nacional, que según el canciller mexicano ha permitido disminuir en 40% el flujo migratorio.