En diciembre de 2018, China tenía 2.042 toneladas de oro, lo que significa que en nueve meses el país asiático aumentó sus reservas casi un 5%. Solo entre julio y agosto, el valor del tesoro de oro de China ha aumentado más de 7.500 millones de dólares, de 87.870 a 95.450 millones de dólares. Además, el país compró 5,91 toneladas de este metal precioso durante el último mes.
El oro alcanzó 1.555 dólares por onza a inicios de septiembre, el valor más alto desde 2013. Los bancos de inversión, incluyendo Goldman Sachs, esperan que los precios continúen en constante alza.
No solo China
El país euroasiático compró al menos 106 toneladas del metal precioso en lo que va del 2019. A finales de julio, Rusia tenía unas 2.217,68 toneladas.
Las reservas rusas y chinas se acercan ahora a las de Italia —2.451,8 toneladas— y Francia —2.436,1 toneladas—, que ocupan el tercer y el cuarto lugar en el mundo en las reservas. Los grandes poseedores de oro son EEUU y Alemania, que tenían 8.133 toneladas y 3.381 toneladas en sus bóvedas a principios de 2019, respectivamente.
El almacenamiento de oro de Pekín y Moscú se produce en medio de una creciente preocupación por la economía mundial y en un intento de diversificar las reservas a través de desdolarización.
El Consejo Mundial del Oro calculó que los bancos centrales de todo el mundo habían comprado un total de 374 toneladas de oro por un valor de 15.700 millones de dólares en el primer semestre de 2019. La compra se convirtió en la mayor adquisición de metales preciosos por parte de las instituciones públicas en los primeros seis meses de un año.