La legislatura de Oaxaca, con 24 votos a favor y 10 en contra, descongeló la iniciativa que estuvo frenada 10 años y adoptó una norma que "despenaliza la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación", dejando así a las mujeres en libertad de decidir sobre su cuerpo e impidiendo juzgarlas por su decisión.
El dictamen aprobado reforma dos artículos de la Constitución de Oaxaca (2 y 12), entidad montañosa con costas al Pacífico donde habita la mayor cantidad de los 56 grupos étnicos de este país, y es uno de los más empobrecidos y subdesarrollados.
La reforma también modifica cuatro artículos del Código Penal local (312, 313, 315 y 316).
A favor de legalizar el aborto votaron dos bancadas que son oficialistas a nivel federal, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Partido del Trabajo (PT, izquierda), junto con legisladoras independientes.
Colectivos de feministas festejaron la decisión, con el grito de "¡sí, se pudo!".
En contra votó la fracción que apoya el derechista Partido Encuentro Social (PES, evangélico), que en el Congreso nacional respalda al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cifras de la Secretaría de Salud de Oaxaca indican que cada año se practican 2.300 abortos clandestinos en ese estado.
La estimación de los promotores de la histórica reforma es que, por cada interrupción conocida, hay tres sin registro, de tal forma que la cifra se elevaría a 9.000 abortos al año.