En la realidad el artículo es titulado "Mentiras y mesianismo en Rusia". Su autora es escritora Monika Zgustova, que opina que "las mentiras del Estado ruso son parecidas a las que inventaba el soviético".
En su versión de los hechos, "Putin patrocina el mensaje apocalíptico de un país asediado por enemigos exteriores, con él como ángel salvador".
Parece increíble que lo diga un artículo publicado en un diario nacional de referencia de un país europeo. Pero es lo que dice.
Ahora la escritora Monika Zguztova podría pensar ya en una continuación del tema, pero con un título un poco modificado: "Mentiras y mesianismo en Estados Unidos". Tendría sentido intentarlo…
En la versión de la señora Zgustova, esto ocurrió en 2014, aunque en la realidad se produjo en 2004. Espero que se trate de una errata y no es que la autora del artículo y el jefe de salida de El País realmente desconozcan la fecha correcta.
Pero lo verdaderamente llamativo es que describe a los terroristas como "militantes islamistas —básicamente chechenos e ingushes" que en sus palabras "ocuparon una escuela en la ciudad de Beslán".
No hay ni una mención de que estos "militantes" tomaron como rehenes a más de 1.100 personas, literalmente no hay "rehenes" en el artículo.
Llamar militantes a los terroristas no es nuevo para los medios internacionales. Era casi habitual hacerlo durante las guerras chechenas de los años 90. Y la verdad es que Chechenia no es el único lugar donde Occidente no sabía distinguir entre combatientes y terroristas.
En este sentido es sintomático que en su artículo Zgustova se refiere también a Siria...
Rusia: "EEUU puso al descubierto que está del lado de los terroristas en Siria", titula a una de sus crónicas RT.
Hay que recordar que patrocinar al terrorismo no es nuevo para Washington. Si recordamos qué resultados tuvo semejante enfoque, por ejemplo, en la larga historia del conflicto en torno de Afganistán, veremos que EEUU ha pagado un precio realmente alto por sus mentiras y mesianismo.
Sin embargo, cuando el Ministerio de Exteriores ruso habla de "la política cínica y sin principios de Washington" en Siria, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, pretende que no sabe a qué se refiere Rusia.
Esta semana tenemos un ejemplo perfecto para hablar de las mentiras y mesianismo de Washington. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arribó a Rusia para sostener un encuentro con su homólogo Vladímir Putin, y fortalecer las relaciones de cooperación bilateral.
No hay que decir que en los medios internacionales existen dos versiones encontradas de la visita.
Mientras unos destacan el apoyo de Moscú al legítimo Gobierno de Venezuela y al diálogo con la oposición, otros han intentado presentar el viaje de Maduro a Rusia como un fracaso total para las dos partes.
"Arria: Maduro no había aterrizado en Rusia y ya Moscú había dicho que no suscribiría acuerdos con él", titula a una de sus programas sobre el tema la televisión NTN24.
Diego Arria, expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU antes de nada destacó en el programa La Tarde de NTN24 que "ni siquiera había aterrizado el avión de Maduro en Rusia y ya Moscú había dicho que no suscribiría ningún acuerdo con él".
¿Cuál ha sido el propósito de la visita de Maduro? "Rusia y Venezuela aliados que buscan frenar hegemonía de EEUU", titula Telesur a una de sus previas dedicadas al tema.
Como sostiene Telesur en un artículo publicado en su página web "Estados Unidos no tiene condiciones ni pretextos para intervenir en el país bolivariano". Sin embargo, a juzgar por sus pasos anteriores en el conflicto de Venezuela, parece que Washington piensa lo contrario.
Igual que los medios de comunicación internacionales que apoyan una intervención de EEUU en Venezuela que de antemano han tildado la visita de Maduro como un fracaso.
Para conocer la agenda real de las negociaciones entre Putin y Maduro tendremos que buscarla en los medios rusos. "Rusia apoya el legítimo Gobierno de Venezuela y el diálogo con la oposición", titula RT.
Vamos a hacer un resumen. Putin recibe a Maduro para rechazar cualquier evasión de las conversaciones con las facciones opositoras de su país. Por su parte, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, el presidente de Venezuela ha hablado en más de una ocasión de la posibilidad y la necesidad de tal diálogo. Esto significa que las autoridades venezolanas muestran la flexibilidad necesaria.
Y aquí existe un gran problema relacionado con "las mentiras y el mesianismo" que en este caso no vienen de Rusia, sino de Estados Unidos que pretende salir con la suya en Venezuela a precio que sea necesario. Mientras tanto, el precio de las mentiras y el mesianismo en la política internacional siempre es el mismo: tragedias humanas, miles de refugiados y devastación del país en cuestión.
Tenemos muchos ejemplos al respecto: Afganistán, Irak, Libia, Siria. Ha llegado un buen momento sacar lecciones de la historia.