La noticia había sorprendido a todos los amantes de la aeronáutica a mediados de agosto: la Fuerza Aérea dejaría de utilizar los clásicos aviones 'Pucará' —esos que habían sido clave en la Guerra de las Malvinas— a comienzos de octubre.
Sin embargo, en un último comunicado fechado este 3 de octubre, la fuerza del aire desveló el verdadero destino de la aeronave: renacerá bajo el nombre de 'Fénix' para cumplir nuevas tareas de "inteligencia, vigilancia y reconocimiento".
"La actual situación logística, de material y ciertas obsolescencias en sistemas, sumado a una transformación de paradigma operativo basado en el cambio del campo de batalla futuro, determinaron que el sistema de armas debía dar un paso hacia adelante técnico-cualitativo", explicó el Ministerio de Defensa argentino.
En efecto, las autoridades militares del país suramericano determinaron que los aviones Pucará continúen operativos, aunque "evolucionando de aeronave de ataque a otra que efectuará misiones ISR (Inteligencia-Vigilancia-Reconocimiento, por sus siglas en inglés)".
Así, los aviones funcionarán bajo un nuevo concepto en el que "la información es tanto o más importante que el armamento, cuyo poder puede ser colocado sobre el o los blancos a batir, en un momento determinado, con una precisión determinada".
El mejor uso de la información posibilitaría que, en un conflicto armado, la Fuerza Aérea argentina necesite menos aeronaves para poder neutralizar al enemigo.
#HACEINSTANTES Luego de 5 días de intensa actividad, los #IA58Pucará realizaron la última escala en Reconquista, asiento de la #IIIBrigadaAérea, como parte la #NavegaciónFinal. #OrgulloDePertenecer #FuerzaAéreaArgentina pic.twitter.com/2ynNLojPEI
— FuerzaAéreaArgentina (@FuerzaAerea_Arg) September 25, 2019
¿Qué cambios tendrán los clásicos 'Pucará'?
La nueva misión permitirá continuar utilizando algunos de los aviones 'Pucará' por un lapso aproximado de entre 15 y 20 años. Para eso, las autoridades prevén realizar varias modificaciones a las aeronaves:
- Certificación con su nueva planta motriz (cambio de planta de poder Turbomeca Astazou por Garret PT6-62).
- Modernización de componentes y sistemas para cumplir la proyección de empleo (por ejemplo: cambio de las actuales hélices por cuatripalas Hartzell).
- Instalación y certificación de equipamiento electrónico para tareas ISR (todo este equipamiento fabricado en Argentina por Fix View y la empresa estatal de tecnología INVAP).
A su vez, el nuevo equipamiento electrónico incluirá:
- un sensor multiespectral con capacidad de visión óptica, FLIR (Forward Looking Infrared, es decir, visor hacia adelante en modo infrarrojo),
- un designador de blancos laser,
- un módem satelital con transmisión Data Link en tiempo real,
- la instalación de un radar de apertura sintética por el INVAP,
- la instalación de equipamiento COMINT (Inteligencia de Comunicaciones)
- y la modernización de la cabina y las comunicaciones.
El fin de una era
La etapa de 'navegación final' de los aviones 'Pucará' comenzó el 21 de septiembre con una gira en la que dos de estas aeronaves recorrieron distintas ciudades en configuración de ataque. Así visitaron las brigadas aéreas de El Palomar, Comodoro Rivadavia, Tandil, Córdoba y culminaron en su unidad de origen, la III Brigada Aérea de Reconquista, en la provincia de Santa Fe, al noreste de Argentina.
Previendo el cambio de paradigma, el jerarca militar destacó en esa oportunidad que no se trataba de una despedida, sino de "comenzar un compromiso con las metas a cumplir que nos depara el futuro, que implica cambios; pues bienvenidos sean los cambios".
Historia del Pucará: el avión de la Guerra de las Malvinas
El avión 'IA 58 Pucará' comenzó a ser desarrollado en 1968 por la Fábrica Militar de Aviones, empresa estatal dedicada a la construcción de aeronaves para la Fuerza Aérea Argentina. El proyecto del avión estuvo a cargo del propio jefe de Ingeniería de la fábrica, el ingeniero aeronáutico Héctor Eduardo Ruiz, y del también ingeniero Aníbal Dreidemie.
El Pucará tuvo su vuelo inaugural el 9 de agosto de 1969, cuando un prototipo surcó los cielos argentinos por primera vez. En esa oportunidad ya pudieron apreciarse los principios con los que la aeronave había sido diseñada: la seguridad, la potencia de fuego, la "simplicidad" y la flexibilidad de usos.
La nave, de 14,5 metros de largo, cuenta con una cabina para dos tripulantes. Sus dos turbohélices de 713 kilowatts de potencia cada una le permiten alcanzar una velocidad crucero de 530 kilómetros por hora y una velocidad máxima de hasta 576 kilómetros por hora. Los aviones de este tipo son capaces de cargar hasta 2.800 kilos de peso.
Los aviones también se destacaban por su armamento, gracias a sus cuatro ametralladoras FN-Browning M2-30, calibre 7,62 milímetros, con capacidad para disparar 900 municiones cada una. El modelo también está equipado con dos cañones RSA-804 calibre 20 milímetros, capaces de disparar 270 municiones cada uno. Eso no era todo, los aviones también podían cargar 1.500 kilos de bombas y cohetes.
Su primer vuelo se dio el 20 de agosto de 1969, cuando un prototipo del avión surcó por primera vez los cielos argentinos. El avión pasó a manos de la Fuerza Aérea Argentina en 1974 y no fue hasta 1975 en que fueron utilizados por primera vez en una misión, en aquella oportunidad dentro de territorio argentino.
Se trató de la llamada 'Operación Independencia', con la que la entonces presidenta argentina María Estela Martínez de Perón (1974-1976), conocida popularmente como Isabel Perón, procuraba derrotar al Ejército Revolucionario del Pueblo, un grupo guerrillero afincado en la provincia de Tucumán.
Sobre 1978, dos aviones fueron enviados a la Patagonia, en el marco de las tensiones crecientes entre Argentina y Chile tras el conflicto por el canal Beagle.
De hecho, uno de los mayores éxitos de los Pucará llegó el 28 de mayo de aquel año, cuando uno de los aviones argentinos logró derribar a un helicóptero Scout británico.
Sin embargo, fueron muchos los Pucará destruidos durante la guerra, alcanzados por bombas, misiles o disparos de ametralladora de las fuerzas británicas. En total, 24 aviones Pucará fueron derribados o capturados por los europeos.
Culminada la guerra, el Reino Unido trasladó a su territorio los cinco aviones Pucará capturados que se encontraban en condiciones de volver a volar con el objetivo de evaluar si podían ser reutilizados. Pudo hacerlo con uno de ellos, el A-515, que apenas un año después del conflicto en Malvinas volvió a volar, ya con bandera británica y la matrícula ZD485.