La niña refugiada en el Consulado de Uruguay en Barcelona recibe apoyo de catalanes

"Contra la Justicia patriarcal y misógina", señalaba la convocatoria para este 7 de octubre frente a la sede consular de Uruguay, donde María, la madre, se mantiene desde el viernes, cuando la Justicia española dictaminó que su hija de siete años debía quedar en custodia del padre, denunciado por abuso sexual de la niña. El fallo determinaba que María tenía que entregársela en la sede del consulado uruguayo.

Así fue que decenas de personas, varias de la colectividad uruguaya en Barcelona y otras de organizaciones feministas locales, se hicieron presentes con carteles que acusaban al sistema de justicia español de "patriarcal" y de "defender abusadores", en referencia a la denuncia que la madre hizo contra su exmarido por abuso sexual de la menor.

Uno de los participantes en la concentración fue el presidente de la Casa del Uruguay en Barcelona, Pero Zaragüeta, quien declaró a El Periódico que la movilización no apunta a expedirse sobre el caso concreto sino respaldar a la decisión del Gobierno uruguayo de proteger a la niña dentro de su predio.

"Hay una niña ahí dentro y la viene a buscar la Policía, que está afuera para llevársela cuando dé un paso fuera. Es una niña de siete años; suena como raro, anormal, que obliguen al cónsul a que tenga que entregar a la niña a las autoridades. Tiene que haber otro ámbito", dijo al diario  el representante de la colectividad uruguaya.

Al mismo tiempo, Zaragüeta defendió la postura adoptada por el Gobierno uruguayo, cuya Cancillería sostuvo que la decisión de la Justicia española de ordenar al consulado uruguayo la entrega de la niña iba en contra del derecho internacional y la "inviolabilidad de los locales consulares".

Según el medio español, la mujer uruguaya y su hija están alojadas en una de las habitaciones del consulado que fue acondicionada especialmente con dos camas para recibir a ambas, que también hacen uso de un baño con ducha. Los funcionarios de la sede diplomática también prepararon otro espacio destinado a que la niña pueda jugar y pasar el tiempo sin experimentar la presión del caso.

Los funcionarios también facilitan alimentación para ambas y sus familiares las proveen de los demás artículos personales que necesitan.

Afuera, mientras tanto, los Mossos d'Esquadra (Policía de Cataluña) se mantienen apostados a la espera de que la niña salga de la sede diplomática para entregársela a su padre, tal como determinó la sentencia judicial.