El 7 de octubre fue el cuarto día de audiencia del equipo de abogados de Netanyahu ante Mandelblit y 20 funcionarios públicos más, en ausencia del primer ministro.
Sus letrados intentaron persuadir a Mandelblit de que cierre los casos contra el primer ministro, que podría ser acusado formalmente de cohecho, fraude, y abuso de confianza.
La Fiscalía investiga si Netanyahu —mientras era jefe del Gobierno y ministro de Comunicaciones— pactó favores y beneficios para el gigante de telefonía israelí Bezeq, controlado por el millonario Shaul Elovitch, a cambio de cobertura favorable sobre el jefe del Gobierno y su mujer, Sara, en el popular digital de noticias Walla.
Los favores incluirían permitir un pacto beneficioso a Bezeq para la adquisición del canal satélite Yes.
El exdirector general del Ministerio de Comunicaciones Shlomo Filber y el exasesor de relaciones públicas de Netanyahu, Nir Hefetz, aceptaron ser testigos del Estado y entregar pruebas incriminatorias.
En el caso 1.000 se estudia si Netanyahu y su familia recibieron obsequios caros de los empresarios millonarios Arnon Milchan y James Packer por un valor de 700.000 shekels (unos 201.000 dólares) a cambio de favores políticos.
El caso 2.000 investiga si el primer ministro intentó llegar a un acuerdo con el dueño del diario Yediot Aharonot, el de pago más leído de Israel, para lograr una cobertura positiva a cambio de restringir la circulación del diario rival, el gratuito Israel Hayom.
Hace meses declaró que si lo imputaban formalmente no dimitiría. Mientras sea primer ministro no está obligado a hacerlo, según la ley israelí.
Medios israelíes informaron hoy de que Mandelblit determinó al final de las audiencias que no hay necesidad de que se inicie una investigación adicional sobre las acusaciones contra Netanyahu, después de los argumentos presentados por su defensa.
Se espera que el fiscal general haga pública su decisión final sobre si acusa formalmente a Netanyahu a mediados de diciembre.