"Ahora tenemos la enorme responsabilidad de trabajar conjuntamente en la etapa posincendio (...), el mejor aporte a los derechos humanos, a la vida y la humanidad es cuidar el medio ambiente, por lo tanto salvar la planeta", afirmó el mandatario en un acto de cierre de la campaña más grande contra un desastre natural en la historia boliviana.
Según datos de organizaciones no gubernamentales, los incendios de la Chiquitanía fueron los más extensos concentrados en una sola región de Bolivia en por lo menos una década.
En el acto realizado en el aeropuerto cruceño Viru Viru, Morales despidió a la flotilla de más de 20 aviones y helicópteros bomberos que participaron en el apagado del fuego, la mitad contratados y el resto bolivianos o prestados por países amigos, incluidos un Boeing 747 SuperTanker, un Ilyushin 76 y diversos helicópteros de alta capacidad.
Esa flotilla lanzó un total de 24,5 millones de litros, según el balance oficial.
El Gobierno dijo previamente que los incendios arrasaron principalmente bosques y pastizales de áreas protegidas que no estaban en explotación comercial.
Morales indicó que el Gobierno boliviano gastó 24,2 millones de dólares en los casi dos meses de campaña, en 2.190 operaciones aéreas y terrestres que movilizaron a casi 6.000 bomberos, policías, militares, técnicos y voluntarios bajo la autoridad nacional y grupos desplazados por los gobiernos regionales.
Ese personal incluye a brigadas de bomberos enviadas por Argentina y Francia.
El plan abarca también créditos y reprogramación de deudas para los productores afectados, reposición o dotación de servicios básicos y reconstrucción de una docena de viviendas quemadas.
Morales dijo que dentro del plan figuran también la apertura de una escuela de formación de bomberos, en colaboración con Francia, cuyos primeros alumnos serán los campesinos de la Chiquitanía, y la creación de un comando militar permanente de lucha contra los incendios, basado en Santa Cruz.
"La recuperación del medio ambiente y la protección del patrimonio ecológico es obligación no solo del pueblo boliviano sino de todo el mundo", afirmó Morales.
Agregó que ya se han puesto en marcha consultas entre el Gobierno y los productores agropecuarios grandes y pequeños de Santa Cruz, además de autoridades regionales, para concertar los alcances de una pausa ecológica durante la cual no se ampliaría la frontera agrícola en la región.