"Se puede hablar de que estamos ante las pérdidas más grandes por fuego de toda la historia de Paraguay (...) tenemos que pensar en una situación de daños continentales nunca antes vistos; las consecuencias de los incendios se van ver en términos económicos y productivos a nivel país", afirmó el activista a esta agencia.
Los primeros focos de calor en el norte del Paraguay comenzaron el 14 de agosto y estuvieron activos hasta la semana pasada.
Además, en el informe se señala que existe una baja posibilidad de que los focos se reactiven.
Las autoridades paraguayas estiman que el fuego quemó un total de 324.826 hectáreas.
Biodiversidad y salud
Rivas dijo que la pérdida de biodiversidad en el territorio es "incalculable", especialmente producto de la destrucción de plantas, animales e insectos.
"Inclusive el fuego arrasó con instalaciones productivas, estancias ganaderas fueron quemadas y hubo movilización del ganado; realmente no tenemos un inventario de lo que esto significó, pero estamos seguros de que fueron perdidas cuantiosas inimaginables", agregó.
El presidente de la Asociación Rural del Paraguay, Luis Villasanti, dijo a radio ABC Cardinal que las pérdidas fueron multimillonarias para los ganaderos ubicados en los puntos donde se registraron los incendios más grandes.
"El continente entero estaba incendiándose y todavía quedan restos a pesar de las lluvias que ocurrieron", afirmó.
La primer consecuencia de los incendios fue la emisión de una humareda que llegó a ciudades como San Pablo (Brasil) o Asunción, a pesar de que estaban a cientos y miles de kilómetros fuera de los focos, dijo Rivas.
"Fue una situación de gran alerta, las autoridades pedían que dentro de lo posible la gente no saliera afuera, porque el humo concentrado era tóxico y podría generar enfermedades respiratorias muy importantes", agregó.
En la tarde del 16 de septiembre el humo llegó a Asunción y generó preocupación entre sus habitantes, lo que se vio reflejado en diversos comentarios de usuarios en redes sociales.
Asimismo, el primero de octubre los medios locales afirmaron que los incendios generaron una invasión de moscas y conjuntivitis en algunos barrios de Asunción.
Funcionarios del Ministerio de Salud pidieron tener mucho cuidado con la exposición de los alimentos, atendiendo la invasión de moscas, porque podían existir eventuales brotes de diarrea o gastroenteritis producidos por la contaminación de comida a través de estos insectos.
La Dirección del Centro Nacional de Información Epidemiológica indicó que, en el marco de los incendios, la cartera asistió a un total de 1.579 pacientes.
Por otro lado, Rivas afirmó que el fuego se había refugiado en el subsuelo, hasta a un metro de profundidad, lo que hizo que fuera imposible combatirlo y generó que se reviviera ante cualquier viento fuerte.
"Fue un caos, los bomberos y todos los sistemas de protección hicieron luchas infructuosas y fue casi que imposible parar con el fuego; tanto es así que los bomberos decían que sólo una lluvia podía apagarlo", explicó.
El activista consideró que no se trató de un fuego espontáneo, sino que fue "provocado" por las condiciones de deforestación del ecosistema.
Rivas dijo que la destrucción de los suelos va a significar la pérdida de la capacidad de resiliencia de los ecosistemas a los efectos adversos del clima, ya que un territorio quemado es más propicio al fuego.
"Estamos en la antesala de un escenario de crisis, destruyendo el agua, la biodiversidad, los territorios productivos de las comunidades y de las grandes empresas; esto nos debe llamar la atención para poder generar condiciones de no vulnerabilidad, para equipar el país frente a estos eventos climáticos que van a repetirse. Esta situación nos demostró que no estamos preparados", agregó.