Según los testigos, el tiburón, de tres metros de largo, cazaba rayas.
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A pesar de la sorpresa, los bañistas no abandonaron el área y continuaron grabando el sorprendente momento en las aguas cristalinas de la isla colombiana y hasta trataron de tocar al tiburón.
Asimismo, se están tomando medidas para que no se arroje comida a los tiburones por la propia seguridad de los bañistas.
"A los tiburones se les está echando comida para que vengan a la playa y sean un atractivo turístico. Se lanzan alimentos al mar, como cabezas de pescado, para atraer a los animales y que puedan ser grabados por los turistas", explicó Nacor Bolaños, coordinador de la Corporación Ambiental Coralina.
El tiburón martillo tiene una cabeza en forma de una T, con ojos y orificios nasales ubicados en los extremos de la cabeza. El depredador puede alcanzar de 3,7 a 6,1 metros de longitud. En general no suele atacar al ser humano y muchas especies están en peligro de extinción a causa de la caza.