"La situación humanitaria empeoró (...) con el telón de fondo de la suspensión completa del suministro de asistencia humanitaria, todas las organizaciones internacionales detuvieron su trabajo y evacuaron a sus empleados del territorio de la administración autonómica en el noreste de Siria", dijo la entidad en un comunicado.
El texto añade que más de 275.000 civiles fueron desplazados tras el inicio de la ofensiva turca, entre ellos 70.000 niños.
La administración kurda instó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Liga Árabe y la Unión Europea (UE) a enviar de manera urgente asistencia humanitaria a los desplazados para evitar que la situación siga deteriorándose.
Las reclamas de la OIM
A su vez, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pidió a todas las partes del conflicto sirio asegurar que los trabajadores humanitarios tengan acceso a las regiones afectadas por la ofensiva turca para ayudar a los desplazados.
"Todas las partes en el conflicto deben adherir a las normas del derecho internacional humanitario, a los trabajadores humanitarios debe permitirseles el acceso hasta las personas desplazadas para poder suministrar urgente asistencia vital y médica", dijo el director general de la OIM, António Vitorino, en un comunicado.
Expresó su profunda preocupación por la grave situación humanitaria en el norte de Siria, donde la operación turca ha provocado el desplazamiento de unos 190.000 civiles, según las informaciones de sus socios humanitarios.
Vitorino subrayó que la OIM sigue brindado su apoyo a los sirios desplazados desde el inicio de la crisis en este país árabe en 2011 y está preparada para aumentar su respuesta humanitaria en la región para prestar asistencia a los que la necesiten.
"Las continuas operaciones militares tendrán efectos devastadores para los siete millones de personas que viven en el norte de Siria", advirtió el director general de la OIM.
El 9 de octubre Turquía comenzó la operación Fuente de Paz en Siria. Ankara asegura que sus objetivos son alejar a las milicias kurdas de la frontera turca y establecer en el noreste del país árabe una zona segura para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen hoy en territorio turco.
El Gobierno de Siria protestó por la ofensiva turca, denunciando que viola la integridad territorial y el derecho internacional.
A pesar de que Damasco no reconoce la autonomía kurda al este del río Éufrates, ni a su ala militar, las FDS, alcanzó un acuerdo con los kurdosirios para hacer frente a la ofensiva turca.