La investigación involucró a 30 hombres divididos en dos grupos. El experimento de seis semanas demostró que los hombres que realizaron ejercicio antes del desayuno "quemaron el doble de la cantidad de grasa que el grupo que lo hizo después del desayuno", dice el comunicado de la Universidad de Bath.
Los resultados del estudio sugieren que cambiar la hora de las comidas en relación con la hora en la que se hace ejercicio puede producir "cambios profundos y positivos en su salud general".
Los músculos del grupo que hicieron ejercicio antes de desayunar respondían mejor a la insulina y mostraron mayores aumentos en proteínas clave.
"Este trabajo sugiere que realizar ejercicio en ayunas puede aumentar la respuesta adaptativa al ejercicio sin cambiar la intensidad, la duración o la percepción de su esfuerzo", señala el estudio, publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
Ahora los científicos se proponen explorar los efectos a largo plazo de este tipo de ejercicio y si las mujeres se benefician de la misma manera que los hombres.