El 22 de octubre la ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, propuso crear una zona de seguridad en Siria cerca de la frontera con Turquía, propuesta que causó irritación entre los aliados de Alemania.
Maas destacó que Moscú y Ankara acordaron que la Policía militar rusa junto con las tropas fronterizas sirias tomarían bajo su control ciertas zonas kurdas, pero eso no es una base "suficiente para construir allí una zona de seguridad", pues se debe aclarar el territorio exacto de esa zona, a quiénes defenderá y quién sería el responsable de su monitoreo.
Para el diplomático, "hubiese sido más inteligente" no hacer públicas las propuestas de Kramp-Karrenbauer antes de que concluyeran las negociaciones de Sochi.
"Sin embargo, queremos encontrar una solución al conflicto, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que esto sea posible", resaltó el ministro.
Según Maas, la situación en Siria afecta negativamente los intereses de Europa y, en particular, de Alemania, en lo que se refiere a la seguridad, y hasta el momento las acciones de Berlín y Bruselas eran demasiado pasivas.
El funcionario indicó que la solución de la crisis en Siria no se limita a Rusia y Turquía, agregando que "Europa debe realizar una labor respecto a esos sucesos" que se desarrollan junto a las fronteras de su territorio.
Los presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, firmaron el 22 de octubre en la ciudad rusa de Sochi un memorando que permitirá desplegar a partir del 23 de octubre la Policía militar rusa y la guardia fronteriza siria cerca de la frontera sirio-turca fuera del área de la operación Fuente de Paz.
Según el documento, a partir de ese momento comenzará el patrullaje ruso-turco a 10 kilómetros de la frontera, al este y al oeste de la zona de la operación militar turca, excepto en la ciudad de Qamishli.