"Turbas enardecidas que fueron utilizadas por mezquinos intereses ideológicos que querían desestabilizar al país, apoyados por bandas extremistas y delincuentes solapados", afirmó Campuzano al referirse a las protestas.
Durante la ceremonia, el vicepresidente Otto Sonenholzner anunció que se seguirá fortaleciendo la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y preparando a la fuerza pública, que en las últimas jornadas de protesta debieron enfrentarse a una "violencia extrema" y a "intentos de vulnerar la democracia y generar caos".
El vicepresidente aseguró que para controlar las protestas nunca se utilizó fuerza letal.
De acuerdo con el último informe oficial de la Defensoría del Pueblo, entre el 3 y 13 de octubre, durante las protestas murieron ocho personas y 1.340 resultaron heridas.
Las protestas terminaron el 13 de octubre tras un acuerdo entre diversos sectores sociales, sobre todo la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), y el gobierno, con la mediación de la delegación de las Naciones Unidas en el país; al siguiente día el presidente Moreno derogó el decreto con el que el 1 de octubre dio fin a los subsidios a los combustibles.