Lula cruzó las puertas de la Superintendencia Regional de la Policía Federal de Pará a las 17…. (20… GMT), siendo recibido por una multitud de simpatizantes que coreaban su nombre.
Lula fue aclamado por cientos de seguidores e integrantes del campamento "Lula libre", que permanecían a las puertas de la cárcel exigiendo la libertad desde el día en que entró en prisión.
También estaban presentes la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, el diputado Paulo Pimenta y el exsenador Lindbergh Farias, entre otros políticos.
Pocos metros después de atravesar el recinto policial, el expresidente fue rodeado por la multitud; dirigentes del PT informaron en las últimas horas que la primera intención de Lula era agradecer su apoyo a esos simpatizantes.
Lula agradeció a sus seguidores que permanecieron acampados en los 580 días que duró su estancia en la cárcel.
"No tienen del significado de estar aquí junto a ustedes (…) no pensé que en el día de hoy podría estar conversando con hombres y mujeres que durante 580 días gritaron aquí "Buenos días Lula", "Buenas tardes Lula", "Buenas noches Lula"; no importara que estuviera lloviendo, que hiciese 40 grados, cero grados, todo el santo día ustedes fueron el alimento de la democracia que yo necesitaba", dijo Lula en un pequeño estrado.
Después, leyó una lista con los nombres de todos los que permanecieron en el campamento Vigilia Lula Libre.
Lula criticó el "lado mentiroso" de la Policía Federal, del Ministerio Público y del juez Sérgio Moro, quien lo condenó en primera instancia.
"Ellos tienen que saber que no detuvieron a Lula, intentaron matar una idea; una idea no desaparece", dijo Lula, que aseguró que quiere probar que si existe una banda mafiosa en Brasil es la que forman esos integrantes de la llamada Operación Lava Jato.
"Voy a recorrer todo el país (…) Quiero que sepan que tengo claro que voy a continuar luchando por la vida de los brasileños", dijo Lula ante la multitud que se congregó desde bien temprano a las puertas de la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur) y lo ovacionó en cuanto salió en libertad.
El exmandatario afirmó que "el amor va a vencer en este país y no el odio" y añadió que "las ideas no se matan, la idea no desaparece, yo quiero luchar para probar que si existe un bando de bandidos en este país, son ellos" en una referencia al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el ministro de Justicia, Sérgio Moro.
Asimismo, recordó a sus enemigos políticos que "el carácter y la dignidad no es algo que se compra en los centros comerciales".
"Ustedes no saben el significado y la importancia que tienen en mi vida, no tienen noción de lo que han significado para mí, me fortalecí aún más y me dieron mayor valentía; salgo de aquí con el mayor sentimiento de agradecimiento que un ser humano puede tener con otro y es lo que yo siento por ustedes", dijo Lula quien invitó al estrado a su hija, su nieto y su novia, a quien besó antes de anunciar que contraerán matrimonio en los próximos meses.
Finalmente, aclaró que no guarda rencores "contra los policías federales o las personas de la cárcel" y expresó que tiene "la voluntad de probar que este país puede ser mucho mejor cuando tenga un gobierno que no se dirija por Twitter".