"En esta ocasión sí se va a formar un Gobierno; no sabemos qué tipo de Gobierno, pero se va a formar porque unas terceras elecciones supondrían para todos los partidos una amenaza muy grande, ya que el electorado votaría muy enfadado y el ascenso de la ultraderecha sería todavía mayor", dijo a Sputnik Ernesto Pascual, profesor de Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya.
Los resultados
En las elecciones del domingo, las cuartas en cuatro años, los españoles estaban llamados a elegir a 350 representantes para el Congreso de los Diputados (encargado de elegir al próximo Gobierno) y a 208 representantes para el Senado.
El segundo partido más votado fue el conservador Partido Popular (88 escaños frente a los 66 cosechados en abril), y el tercer puesto fue ocupado por la formación ultraderechista Vox, que consiguió 52 escaños, más del doble de los 24 obtenidos en la pasada legislatura.
El crecimiento de Vox se produjo en detrimento de la formación liberal Ciudadanos, que en sólo seis meses protagonizó una debacle electoral, que le hizo pasar del tercer puesto a obtener únicamente 10 diputados, convirtiéndose en un partido muy minoritario.
A este fragmentado escenario se suma la multiplicidad de actores regionales con presencia en el Congreso de los Diputados.
El domingo 10 consiguieron también una importante representación parlamentaria los partidos independentistas catalanes ERC (13 escaños), JxCAT (8) o CUP (2) y las formaciones vascas PNV (7) y EH Bildu (5).
Además, también obtienen representación distintas formaciones minoritarias con una marcada presencia regional en algunos territorios como los verdes de Más País (3), Navarra Suma (2), Coalición Canaria (2), Bloque Nacionalista Gallego (1), Partido Regionalista Cántabro (1) y Teruel Existe (1).

Los resultados del domingo no despejan el camino hacia una investidura y dejan un panorama más fragmentado que el de hace seis meses.
Ni el bloque de partidos de izquierda, ni el de partidos de derecha obtendrán la mayoría necesaria para formar Gobierno (176 escaños) si no consiguen adhesiones de formaciones nacionalistas, algo para lo que Pedro Sánchez es el mejor posicionado, ya además de ser el ganador de los comicios, al PSOE se le presupone una mayor capacidad de entendimiento con actores regionalistas.
Con estos mimbres ¿cuáles son las fórmulas para desbloquear la gobernabilidad del país?
La solución pasa por el PSOE
"Con los resultados que se dieron en el día de ayer yo creo que solo hay una solución posible, que pasa indudablemente por un Gobierno del Partido Socialista, ya sea de coalición o monocolor; la correlación de fuerzas sólo da para una de esas dos opciones", señala Eduardo Bayón, consultor político.
Esta vía consistiría en la búsqueda de un acuerdo entre los dos grandes actores del bipartidismo (PSOE y PP) para desbloquear la situación y escenificar un gran pacto de estado que otorgue estabilidad al país utilizando la crisis en Cataluña como "excusa" para entenderse.
Esta opción, no obstante, es remota porque los conservadores del PP deben medir sus movimientos ante el auge de Vox, ya que un eventual pacto con los socialdemócratas debilitaría su capacidad de competir electoralmente con la ultraderecha.
"Para mi esa vía de pacto es casi impensable porque el crecimiento tan grande, que ha protagonizado Vox, va a condicionar completamente el comportamiento del PP, que no querrá dar argumentos y ceder su espacio político a la fuerza de ultraderecha", señala Bayón.
"Es algo que hemos visto en Europa, cuando convergen socialdemócratas y conservadores se favorece el crecimiento a largo o medio plazo de las fuerzas de extrema derecha; cualquier acercamiento del Partido Popular a Pedro Sánchez sería dejar un espacio muy grande en la derecha que podría hacer un gran favor a Vox", añade.
¿Terceras elecciones?
Por todo ello, los expertos consultados apuntan que la opción de pacto más plausible pasa por un entendimiento del PSOE con Unidas Podemos con el apoyo parlamentario de fuerzas nacionalistas, regionalistas e incluso independentistas.
"Deberían afrontar las negociaciones con otra mentalidad y con más generosidad, porque otra repetición electoral sería insostenible para el país, y sobre todo para las fuerzas izquierdas, que ya traen un desgaste por la legislatura fallida; esta vez tienen la obligación de ponerse de acuerdo, no hay otra alternativa posible", apunta Bayón.
A su modo de ver, aunque ambos afrontarán las negociaciones desde posiciones maximalistas sobre sus exigencias (el PSOE pide gobernar en solitario y Unidas Podemos en coalición), finalmente llegarán a un punto de entendimiento, porque "el riesgo del bloqueo institucional sigue presente" y unas terceras elecciones "serían muy nocivas tanto para las fuerzas políticas como para el devenir del país".