"Es evidente el carácter infundado de las acusaciones presentadas, las insinuaciones sobre la 'injerencia rusa' en las elecciones son un cliché propagandista de los medios rusófobos que no ha sido probado", declaró la Cancillería rusa en un escrito publicado en su página web.
Al mismo tiempo, el Ministerio ruso de Exteriores señaló que, si alguien tiene los datos reales sobre la violación de la legislación de Bolivia, está dispuesto a considerarlos en el marco de los mecanismos bilaterales de asistencia jurídica.
El líder indígena, al frente del país desde 2006, dimitió el 10 de noviembre cediendo a las violentas protestas y la petición expresa por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
La renuncia se produjo poco después del anuncio de nuevas elecciones generales, y en la misma fecha en la que auditores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sugerían repetir la votación en Bolivia ante la imposibilidad de validar la victoria de Morales en la primera vuelta de los comicios.
El 12 de noviembre, la senadora opositora Jeanine Áñez, de 52 años, asumió la Presidencia interina de Bolivia, en una sucesión sin acuerdo parlamentario aunque avalada por el Tribunal Constitucional que abrió las puertas a unas elecciones generales a corto plazo.
Desde su exilio en México, Morales calificó la autoproclamación de Áñez de "golpe artero y nefasto" y "asalto al poder del pueblo".