El 15 de noviembre las autoridades de Teherán aprobaron restricciones a la venta de gasolina y aumentaron el precio del producto, medida que provocó protestas en las cuales pereció al menos una persona.
"La situación actual ya es de por sí difícil y tensa: el aumento significativo en los precios de la gasolina, por supuesto, le agregó leña al fuego, pero las fuerzas externas también trabajan activamente", dijo el diplomático.
Kabúlov destacó que por el momento no hay información sobre ninguna víctima de los disturbios de origen ruso.
"La Embajada, como es lógico, está al tanto de los sucesos, pero no ha recibido ninguna información al respecto", subrayó.
Comentario de Alemania
Por su parte, el Gobierno alemán espera que las autoridades iraníes estén dispuestas a mantener un diálogo con los manifestantes, declaró la portavoz del Gobierno germano, Ulrike Demmer.
Según la funcionaria, Berlín espera que Teherán "muestre disposición a dialogar en medio de las protestas".
"Llamamos al Gobierno de Irán a respetar la libertad de reunión y de expresión de opiniones, la gente en Irán debe tener la posibilidad de expresar su descontento ante la situación política y económica", destacó la portavoz.
Los automovilistas particulares, según las nuevas medidas, pueden llenar hasta 60 litros de gasolina al mes, mientras que los taxistas pueden contar con 400 litros.
La medida también contempla un aumento del precio de la gasolina del 50% hasta 15.000 riales (unos 30 centavos de dólar) por litro. La gasolina que exceda de la cuota se venderá a 30.000 riales.
Irán, uno de los países con las mayores reservas de petróleo, hasta hace poco se vio obligado a importar gasolina debido a problemas con el refinado de crudo.
A principios de 2019, el ministro iraní de Petróleo, Biyán Zangané, aseguró que su país superó la escasez de gasolina y cesó a mediados de 2018 las importaciones del producto. Agregó que Irán actualmente está en capacidad de exportar gasolina.