"El objetivo central del Gobierno, como demanda la población boliviana en conjunto, es superar la actual situación, lograr la pacificación y poner en marcha un nuevo proceso electoral. Debemos pacificar al país", dijo a la prensa el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano, al comentar la situación nacional.
Los cercos devinieron en incendios de las sedes de cuatro tribunales departamentales y fueron seguidos por tres semanas de bloqueos y otras protestas urbanas, que terminaron convertidas en una insurrección liderada por comités cívicos que exigieron, y lograron, la renuncia de Morales el 10 de noviembre.
Dos días después, la autoproclamación de la senadora opositora Jeanine Áñez como presidenta de facto fue respondida con una ola de bloqueos de carreteras, marchas y otras protestas de sectores leales a Morales que no la reconocen como gobernante.
Las marchas contra el gobierno de facto se suceden a diario en las ciudades de La Paz, la vecina El Alto y Cochabamba (centro), que sufren además falta de alimentos a causa de decenas de bloqueos de carreteras y calles por parte de sindicatos campesinos, de productores de coca, indígenas y agrupaciones de vecinos.
Para resolver la escasez de combustibles en La Paz y El Alto, el gobierno realizó el martes una operación policial-militar contra un cerco vecinal de seis días a la planta de combustibles de Senkata, en la segunda de esas ciudades, logrando movilizar apenas 40 cisternas y dejando un saldo de ocho muertos.
La venta de combustibles se reanudó a media mañana, cuando había en las 18 estaciones de servicio habilitadas en La Paz largas filas de automóviles y camiones que podían cargar un máximo de 27 litros de gasolina y hasta 80 litros de diésel por semana mientras dure la emergencia, según un aviso oficial.
La provisión de combustibles no tenía futuro asegurado porque grupos de vecinos alteños volvieron a bloquear el miércoles los accesos a la planta de Senkata, en cuyo interior permanecían decenas de militares.
En ambas ciudades, el transporte estaba suspendido casi totalmente, tanto por la escasez de combustibles como por las barricadas levantadas por vecinos.
Las barricadas en La Paz fueron levantadas en prevención de que se repitan ataques vandálicos como los que aterrorizaron a barrios residenciales en los tres días que siguieron a la caída de Morales.
Las barricadas y bloqueos en El Alto son parte de las protestas contra Áñez.