"Definitivamente es muy costoso, pero también es como una inversión", dijó Ma a la BBC.
El atuendo en cuestión es un vestido virtual, diseñado por la casa de moda digital The Fabricant. La pieza de ropa se renderizó exclusivamente para la esposa de Ma, Mary Ren, y las imágenes resultantes pueden ser usadas por ella en las redes sociales.
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Ma contó que, pese a que no suele comprar ropa cara, decidió adquirir esta pieza por su "valor a largo plazo". Para el hombre de negocios, este es un recuerdo único y también una "señal de los tiempos".
"Dentro de 10 años, todo el mundo estará 'vistiendo' la moda digital", consideró Ma.
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Otra empresa que se dedica a la creación de atuendo virtual es Carlings. La compañía escandinava lanzó una colección digital de ropa urbana el pasado octubre. Las prendas costaban a partir de 11 dólares y, aunque no existían en la realidad, se "agotaron" en un mes.
De acuerdo con Mikalsen, la idea detrás de estos atuendos es hacer "algo de lo que realmente quieres presumir o un artículo que no te atreverías a comprar físicamente, o no podrías permitirte comprar físicamente".