Robinson, nacido en Irlanda del Norte hace 25 años, testificó ante el juzgado del Old Bailey por vídeo conferencia desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en el sureste de Londres.
En su intervención confirmó su identidad y nacionalidad británica, además de que reconoció ante el juez su colaboración en la trama de transporte de migrantes indocumentados destapada el 23 de octubre, cuando se descubrieron los cadáveres dentro de un contenedor frigorífico.
El imputado admitió su participación en una conspiración internacional para ejecutar "uno o varios actos que facilitaron la comisión de una infracción de la ley de inmigración".
La investigación de la tragedia condujo a la detención de al menos ocho individuos en Vietnam bajo sospecha de tráfico de personas.
Por otra parte, el Reino Unido ha solicitado a Irlanda la extradición de otro conductor norirlandés, Eamonn Harrison, quien fue detenido en el puerto de Dublín y está bajo sospecha de transportar a los inmigrantes hasta la terminal de Zeebrugge, en Bélgica.
Además, los hermanos Ronan y Christopher Hughes, con negocios de transporte internacional e identificados por la Policía de Irlanda del Norte como presuntos cabecillas de la trama, siguen en paradero desconocido.