"Es una grave interferencia en los asuntos de Hong Kong, que son los asuntos internos de China. También constituye una grave violación del derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales. El Gobierno y el pueblo de China se oponen firmemente a tales actos severos de hegemonismo", consta en una declaración emitida por la Cancillería.
"Recordamos a EEUU que Hong Kong es parte de China y que los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China en los que ningún Gobierno o fuerza extranjera debe interferir", resalta el documento.
La declaración advierte que Pekín está decidido a implementar el principio de "un país, dos sistemas" y proteger los intereses nacionales.
"Instamos a EEUU a que no sigan por el camino equivocado, o China tomará contramedidas, y EEUU tendrá que cargar con todas las consecuencias", concluye.
El Ministerio de Exteriores chino convocó este 28 de noviembre al embajador de Estados Unidos en Pekín, Terry Branstad, para presentarle una nota severa y expresar una fuerte protesta por la firma de la llamada Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong de 2019, comunicó el Diario del Pueblo.
La normativa también veta la venta de armas antidisturbios a la Policía de Hong Kong.
Desde junio pasado, Hong Kong vive una oleada de protestas cuyo detonante fue un proyecto de ley que permitiría la extradición de prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y China continental.
El Gobierno hongkonés accedió a retirar a principios de septiembre el controvertido proyecto, que habría facilitado la entrega de disidentes políticos a Pekín, pero rechazó otras demandas de la calle.
Según el secretario de Seguridad hongkonés John Lee, durante seis meses de protestas:
- resultaron heridas al menos 2.600 personas incluidos 470 policías;
- la policía disparó casi 10.000 rondas de gases lacrimógenos y 19 rondas de municiones reales;
- de unas 5.800 personas detenidas desde junio, 932 fueron imputados por actos vandálicos, agresión contra agentes y otros delitos.