Un MiG-31 desempeñó el papel de intruso en la frontera. Tenía la misión de penetrar en el espacio aéreo de la zona de responsabilidad de la Flota del Pacífico a gran velocidad en condiciones climáticas adversas y de alta nubosidad.
Otro MiG-31 despegó para interceptar al intruso. La tripulación del caza detectó el objetivo, lo clasificó y escoltó fuera del espacio aéreo del país.