"No hemos tomado una decisión en uno u otro sentido", dijo Ford, subsecretario de Estado adjunto para la Seguridad Internacional y la No Proliferación en una audiencia sobre el futuro de la política de Estados Unidos hacia Rusia, convocada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
15 de noviembre 2019, 11:46 GMT
Washington aborda la cuestión "en parte a través del prisma sobre si en qué grado puede contribuir la extensión del nuevo START a lo que consideramos por lejos el objetivo más importante, y es hallar un marco para el control de armas que sea capaz de cortar de raíz la emergente carrera armamentista en el terreno nuclear", añadió.
El diplomático reiteró preocupaciones estadounidenses sobre los planes de armas de Moscú y de Pekín, incluyendo las intenciones de China de duplicar su arsenal nuclear en una década y el "nuevo bestiario de sistemas estratégicos de lanzamiento" de Rusia.
"La mayor parte de eso, presumiblemente, no estaría cubierto por el nuevo START en ningún escenario…, y dejando a un lado la cuestión de las armas nucleares no estratégicas de Rusia", dijo Ford.
Estos, añadió el diplomático, "son los desafíos que vienen todos juntos y de manera simultánea y resulta imperativo que encontremos una vía de enfrentar los desafíos rusos y chinos en un marco de control de armas".
"No hay forma de conseguir esto en el presente; nuestro objetivo es encontrar esa forma", dijo.
Ford observó que hay aún "mucho tiempo" para dialogar con Rusa y China y avanzar hacia esa meta de un acuerdo trilateral.
El nuevo START se firmó en 2010 y sigue siendo el mayor tratado de control de armas nucleares entre Rusia y Estados Unidos, expira en febrero de 2021 y Washington no ha anunciado todavía ningún plan para prorrogar su vigencia.