"Tenemos que preguntarnos por qué la epidemia en América Latina, una región que tenía una cierta estabilidad, ahora ha crecido respecto del 2010 casi un 7% (...) es indudable que los más grandes desafíos son el estigma y la falta de información", afirmó a Sputnik Meré, ociólogo, docente e investigador de la Universidad de la República en Uruguay.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida), actualmente hay 37,9 millones de personas que viven con VIH, de las cuales 24,5 millones están bajo tratamiento, mientras 1,7 millones es la cantidad de nuevos casos.
En América Latina un tercio de los nuevos casos son jóvenes de 15 a 24 años, según Meré.
"Muchos de estos jóvenes adquirieron el virus en la primera relación sexual, eso habla de poca información, bajos niveles de educación sexual, bajos niveles de acceso a servicios apropiados y sobre todo muestra que, a pesar de que hayan pasado 35 o 40 años de los primeros casos afectados por el VIH, persisten las situaciones de violencia, estigma y discriminación", reflexionó.
La discriminación es una de las principales barreras de América Latina, un continente que está marcado por la "hegemonía patriarcal, la violencia machista y por la heteronormatividad", sostuvo.
Además, hay una "sobrerrepresentación" de las personas transexuales, los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas, que son "grupos vulnerados en sus derechos" y poco contemplados en las políticas públicas, afirmó Meré.
"Los grupos claves donde hay una sobrerrepresentación de la epidemia no reciben ni encuentran espacios o recursos para poder cuidarse (...), a pesar de esta situación solo se destina el 4% del gasto para estos grupos", agregó.
La epidemia no es solo de un grupo, sino que atañe a todas las personas que mantienen relaciones sexuales.
"Todas las personas que tengan relaciones sexuales efectivas, más allá de su orientación sexual, su identidad de género, clase social o de su lugar de residencia, tienen un riesgo; no es un riesgo de algunos, es de todos los seres humanos", reflexionó.
Acceso a la medicación
Existen avances biomédicos "fantásticos" desde 1996 que han transformado el VIH en una enfermedad crónica y han permitido que se pase de un "pronóstico mortal" a una experiencia de vida normal, dijo Meré.
En los últimos años se demostró que una persona bajo tratamiento con antirretrovirales adquiere la condición de indetectable, por la baja carga de virus en su organismo, afirmó.
"Toda la evidencia ha demostrado que cuanto antes se comience el tratamiento, mucho más rápido adquirirá su condición de indetectable y además podrá tener un equilibrio en su salud que le permitirá desarrollarse como persona, casarse, trabajar, ser feliz", agregó.
En otras partes del mundo, como en África, Asia o EEUU, muchos de los grupos más vulnerables no pueden tener medicación si no logran pagarla, denunció.
Pero, a pesar de que son las "mejores" cifras a nivel mundial, hay casi un 40% de personas que todavía no consiguen los medicamentos.
"Hay gente que conoce que tiene la enfermedad pero tiene miedo de ir al centro de salud, de vincularse, de decirlo, porque siente que lo van a discriminar (...) a pesar de que tenemos muy claro las vías de transmisión de VIH, que son todas íntimas o el consumo de sustancias, aún sigue persistiendo el estigma", insistió.
El VIH destruye las células del sistema inmunitario, lo que hace más fácil que las personas se enfermen de gravedad e incluso mueran a causa de infecciones que el cuerpo normalmente podría combatir.
Desde el inicio de la epidemia, 74,9 millones de personas contrajeron la infección.