"El cambio climático no es solo una factura que deberán pagar las generaciones venideras, sino que se está pagando ya ahora a través de la salud de las personas", aseguró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS.
Los resultados de la encuesta, presentada con motivo de la cumbre del clima COP25 en Madrid, señalan que el 48% de los países estudiados llevaron a cabo una evaluación de los riesgos climáticos para la salud pública en sus planes estratégicos sobre salud y cambio climático.
Según el estudio de la OMS, los riesgos sanitarios asociados al cambio climático identificados por los planes nacionales de los países estudiados son el estrés térmico, las lesiones o la muerte causadas por fenómenos meteorológicos extremos.
Del mismo modo, el informe menciona a enfermedades de transmisión vectorial, alimentaria o hídrica (por ejemplo el cólera, el dengue o el paludismo).
El 60% de los países que forman parte de la encuesta informan de que los resultados de las evaluaciones tuvieron "poca o ninguna influencia" sobre la asignación de recursos humanos y financieros para proteger la salud.
Además de la falta de fondos, el informe denuncia que la mayoría de los países no habla en sus planes sobre el beneficio para la salud pública que supondría la reducción de las emisiones de carbono.
"Para que el Acuerdo de París sea un instrumento eficaz en la protección de la salud de las personas, es preciso que desde todos los niveles del gobierno se dé prioridad a la mejora de la resiliencia de los sistemas de salud ante el cambio climático", afirma Maria Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente de la OMS.
A su modo de ver, si la salud fuera tenida en cuenta de manera sistemática en los planes de lucha contra el cambio climático, el Acuerdo de París podría convertirse en el "acuerdo internacional más importante del siglo en la esfera de la salud".