"Como gobernador del estado de Sao Paulo no acepto que en el estado donde he sido elegido gobernador exista ese tipo de procedimiento, y no existirá más (…) o por lo menos haremos de todo para que no ocurra, revisar protocolos, revisar entrenamientos y comandos para que ningún policía militar actúe de esa manera", aseguró Doria en rueda de prensa, según recoge el diario Folha de Sao Paulo.
Doria hizo estas declaraciones tras reunirse con integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), con el secretario de Seguridad Pública, Dimitri Sales, y con el líder comunitario de la favela de Paraisópolis, donde tuvieron lugar las muertes el pasado sábado 30, entre otras personas.
El tono de indignación con la actuación policial es muy diferente al que el gobernador usó en un primer momento tras la operación policial que presuntamente provocó los nueve muertos, de entre 14 y 23 años de edad.
En su primera comparecencia ante la prensa el 2 de diciembre, Doria dijo que la "letalidad" no fue provocada por la policía y que la política de seguridad de Sao Paulo no iba a cambiar.
Ese ataque habría provocado el pánico y el tumulto que resultó en el aplastamiento de los nueve jóvenes, pero los testigos que estaban allí presentes aseguran que fue la policía quien provocó las muertes porque acorraló a cientos de personas en dos callejones.
Tras la reunión, el gobernador acordó realizar una nueva reunión el 9 de diciembre con los parientes de las nueve víctimas.