Se precisa que fueron convocados embajadores de Francia, el Reino Unido, Canadá, así como el encargado de negocios interino de Alemania.
"Irak se expresa en contra del contenido de esta declaración conjunta porque representa intervención en los asuntos internos de Irak y una violación evidente de la Convención de Viena", dice la declaración.
En el Ministerio iraquí destacaron que las embajadas deben dedicarse al fortalecimiento de las relaciones entre los países, y no a la intervención en asuntos de otros Estados.
Desde octubre Bagdad y varias gobernaciones de Irak han sido escenario de protestas contra el desempleo, la corrupción y la ausencia de servicios básicos, motivos por los que los manifestantes exigen la dimisión del Gobierno.
La ONU estima el balance de las protestas, las más masivas que vive el país desde el derrocamiento del expresidente Sadam Husein en 2003, en más de 400 muertos y 19.000 heridos.
El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, presentó el 30 de noviembre su renuncia al Parlamento, que fue aceptada el 1 de diciembre.
Mahdi se comprometió a presentar una candidatura para el cargo de primer ministro en un plazo de 15 días.