Tras analizar los enfoques sobre el diseño y la implementación de programas educativos en el Reino Unido, en Alemania, en los países asiáticos y en Estados Unidos, un equipo de investigadores rusos ha descrito las condiciones necesarias para crear programas de formación exitosos para los profesionales de los sectores de producción que ayuden a cerrar la brecha entre el mundo laboral y el educativo.
Un enfoque universal
En el siglo XV eran el herrero y el yunque, y en el siglo XXI son el tecnólogo en diseño y el programa informático. Con el paso del tiempo los oficios han cambiado, pero indistintamente del momento los requisitos exigidos a los empleados, las condiciones, el proceso y el volumen de la producción han variado siempre de un país a otro.
Mientras en el Reino Unido el perfil hace énfasis en el resultado de la actividad (saber fabricar correctamente una pieza), en Estados Unidos, por ejemplo, se presta gran atención a las cualidades personales (resistencia al estrés y habilidades para trabajar en equipo, por ejemplo).
El equipo de investigadores del Instituto Federal para el Desarrollo de la Educación de la Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (Ranepa) ha analizado el enfoque por competencias en EEUU, Asia, Australia y Europa y descrito criterios generales para crear programas eficaces de formación y enseñanza profesional. Para formar buenos especialistas, se deben usar activamente los principios de la estandarización de las competencias y el diseño de programas educativos en línea con la experiencia global internacional.
Otras tres condiciones importantes son:
- la participación empresarial en la toma de decisiones en todas las etapas (desde la aprobación del proyecto de programa hasta su contenido y la evaluación del rendimiento académico),
- la financiación combinada,
- la orientación práctica.
Según los expertos de Ranepa, la aprobación por parte del empleador es la garantía del éxito de la formación y de que el estudiante tenga demanda en el mercado laboral en el futuro. Y la orientación práctica guarda relación directa con la financiación combinada, donde parte de los gastos en la formación es asumida por la empresa interesada. El Estado se encarga de la vertiente teórica de la formación en los centros educativos, mientras que las empresas proporcionan una plataforma para ejercitar en la práctica los conocimientos adquiridos.
Inversión humanitaria en la formación profesional
"El enfoque por competencias se basa en los principios de la interdisciplinariedad y la sincronización de la teoría y la práctica. La dependencia que tienen los estudiantes del docente debe ser reducida aunque sea parcialmente, o completada con la autoorganización. El docente debe organizar situaciones de aprendizaje. Un enfoque basado en la evaluación de los resultados del aprendizaje [estándares de competencias] brinda a los docentes más margen para utilizar técnicas y herramientas educativas eficaces que permiten a los estudiantes experimentar y tener una actitud innovadora hacia los conocimientos y habilidades adquiridos y la comprensión de su aplicación", explica Vladímir Blinov, director del Centro de Investigación Científica para la Formación Profesional y los Sistemas de Cualificaciones de Ranepa.
Estos requisitos constituyen la base metodológica para la capacitación de trabajadores cualificados en la mayoría de los países desarrollados del mundo y se utilizan en la implementación de proyectos piloto para diseñar programas de formación profesional basados en los principios del enfoque por competencias en varios países de la Comunidad de Estados Independientes. Y sin embargo, todavía no se terminan de crear y poner en marcha en la propia Federación de Rusia. Y esto es motivo de gran preocupación de cara al futuro más inmediato.
El artículo ha sido redactado a partir de un informe en el marco del proyecto de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) "Aplicación de la Estrategia de Formación del G20: asociación de la OIT y la Federación de Rusia (Fase II)".