El tigre que daba vueltas en su jaula se percata de que varios buitres estaban en su ambiente, entonces decide lanzarse al ataque atrapando a uno de ellos con rasguños hasta sujetarlo entre sus colmillos. Al ver que el buitre no se movía, el tigre lo soltó y continuó sus rondas en la jaula.
Con el tigre distraído, el buitre pensó que no volvería a ser atacado y se levantó para alzar vuelo. Sin embargo, el tigre corre nuevamente hacia él y con dos zarpazos lo tumba nuevamente al suelo.
Por varios minutos, el ave de rapiña permanece inmovilizada hasta que otro buitre se asoma y decide levantarse para luego irse tranquilamente al ver que el tigre está demasiado lejos.