Según explica el autor de las imágenes, los deportistas acudieron a la ayuda del perro callejero al ver que el enorme reptil lo estaba asfixiando.
La lucha duró unos 20 minutos, pero no fue en vano: los hombres lograron salvar al perro, y al mismo tiempo no dañaron a la serpiente, a la que liberaron a la orilla de un río.
En este caso, la víctima de la anaconda tuvo suerte de salir ilesa, puesto que en la mayoría de los ataques solo se logra hacer que las serpientes estranguladoras simplemente escupan a sus presas ya sin vida. Un ejemplo de ello es el incidente ocurrido en Pathum Thani (Tailandia), donde una pitón de cuatro metros tuvo que escupir de vuelta a la gallina que se comió.
