Tres leonas y un león atacan a su amiga con un gruñido espeluznante. La leona se defiende con un fuerte rugido y les muestra los colmillos. Después se aleja, pero sus seguidores no la dejan en paz, obligándola a contraatacar.
Todo el lío cobra un nuevo impulso. Mientras que uno de los leones cae al depósito de agua, la felina responsable del conflicto se esconde en la hierba para tomar un pequeño descanso.
Rodeada por los demás, encuentra al fin refugio cerca de la pared. Es entonces cuando ruge de nuevo como advertencia a los demás.