Para el analista mexicano David Barrios, investigador del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, hay aspectos que unen a todos estos fenómenos más allá de las peculiaridades propias de cada país. "El hartazgo social", resumió en diálogo con Sputnik para referirse tanto a las manifestaciones que terminaron con la renuncia del gobernador de Puerto Rico Ricardo Rossello en julio, como al triunfo de Alberto Fernández en Argentina en octubre.
"En los últimos años vemos un desgaste importante de los sistemas de partidos electorales a partir de una democracia procedimental, que desde principios y hasta finales de la década de 1980 se transitó en términos muy generales de gobiernos de corte autoritario hacia gobiernos civiles", reseñó Barrios el origen de este período.
El fin de las dictaduras que coincidieron en Latinoamérica determinó "un afianzamiento democrático" basado en reformas judiciales y en otros pilares institucionales, reconociendo mayores derechos en contraposición al ciclo previo. "Pero después de pasados estos lustros hay un desgaste muy profundo y un descreimiento importante de la población en estos mecanismos", apuntó.
Como registro regional de este deterioro, Barrios recordó los datos de la encuesta Latinobarómetro 2018 que "estableció que tanto la población está respaldando al sistema democrático de la región y en términos generales se ubica por debajo de 50 % en cuanto a la satisfacción de la democracia que tenemos".
Poca tolerancia a la frustración
"El hartazgo es tanto con los gobiernos precedentes como con el que se elige como nuevo presidente", remarcó el entrevistado sobre lo sucedido en países como Paraguay y Colombia, cuyos mandatarios fueron electos y asumieron en 2018. Y apenas transcurrido el primer año de gestión ya son blanco de grandes protestas populares.
Para Barrios en estos tiempos que corren "se sigue incrementando la frustración de la población porque los resultados esperados no llegan".
"En los hechos no se mejoran las condiciones de vida ni los indicadores socioeconómicos. Por el contrario, hay una crisis económica durísima que ademá será muy dificil de remontar (…) lo de Argentina es muy ilustrativo", agregó.
"Se está hablando del fin del ciclo progresista o del proceso de derechización regional, pero creo que lo que observamos es un momento de gran polarización en toda la región y hay que tener cuidado, así sea discursivamente, en cerrar los procesos. En realidad están abiertos y determinados por esa polarización", advirtió el experto.
"Lo que estamos viendo es justamente que aparecen llevando a cabo tareas represivas durante las protestas sociales o colaborando abiertamente en el golpe de Estado en Bolivia. Ya había antecedentes en Honduras y Paraguay en años anteriores, o con este papel muy central que han tenido en las políticas de seguridad en México, Brasil y Colombia", alertó el analista.