Entre las cuestiones más graves, señaló la desigualdad social, "una de las más pronunciadas del mundo", sumergiéndose "prácticamente todos los países de América Latina" en "protestas y levantamientos".
Al mismo tiempo, los políticos pecan de "privilegios que nadie tiene", "ingresos muy altos" y "corrupción", resultando "completamente alejados de la función social".
"Esto ha impactado en lo que es el contrato social que se establece entre gobernantes y gobernados. No diría que está desaparecido, pero sí está quebrantado de manera estructural en muchos países", enfatizó.
"Es una situación grave porque plantea la posibilidad de prácticamente la disolución de los Estados, puesto que si el Estado no va a cumplir con el pacto social entre gobernantes y gobernados, ¿qué hace el Estado? ¿Es una máquina de gastar recursos solamente?", se preguntó de forma retórica, al calificar como "muy importante" que la población "se sienta acompañada por políticos".
"En el mundo de hoy ya no existe la posibilidad de asilarse. Un país que no maneja sus recursos, o que tiene un problema serio para manejar sus recursos, que tiene un problema serio para manejar su moneda y que tiene un problema serio para manejar sus Fuerzas Armadas, puede ser pasible de ser sugerido de ser intervenido por una organización internacional, o Estados, para afrontar sus problemas que [al mismo tiempo] están generando problemas en la región, y éstos a su vez repercuten a nivel global", sostuvo Alberto Hutschenreuter.