"Con el fin supremo de lograr la unidad de los bolivianos y la estructuración de un nuevo Estado (...) hemos determinado consolidar nuestro binomio electoral para las próximas elecciones generales", anunciaron el empresario Camacho, del departamento oriental de Santa Cruz, y Pumari, activista del sureño Potosí.
La candidatura cívica, anunciada en la madrugada por las redes sociales, se produjo tres semanas después de un escandaloso desencuentro entre ambos dirigentes, que se acusaron de mutua extorsión y hasta actitudes de "guerra sucia".
"Hemos decidido dejar de lado cualquier tipo de inconvenientes o malos entendidos del pasado", aseguraron Camacho y Pumari.
Como presidentes de los comités cívicos de sus regiones, ellos habían destacado en el escenario político al convertir entre octubre y noviembre pasados en exitosa insurrección lo que comenzó como una ola de inconexas manifestaciones ciudadanas contra la reelección de Morales.
En su acuerdo político, se presentaron como defensores de "la dignidad, la libertad, la democracia y la unidad" que, según señalaron, habían sido dañadas por el Gobierno de Morales.
Añadieron que daban "total apoyo" al "Gobierno de transición" de Jeanine Áñez, autoproclamado sin aval parlamentario el 12 de noviembre tras la renuncia forzada de Morales y que ha emprendido diversas acciones en procura de desconocer los logros de la pasada administración, a la que tilda de "dictadura".
Morales, quien está actualmente radicado en Argentina en espera del estatus de refugiado político, no podrá ser nuevamente candidato del Movimiento Al Socialismo, pero como jefe de esa agrupación participa directamente en el proceso de definición del nuevo aspirante masista a la presidencia.